miércoles, 20 de junio de 2007

Opiniones...




El día de hoy escuché la segunda parte del podcast de Olallo Rubio intitulado: "¿Y tú cuánto cuestas?", claramente aludiendo a su documental. El primero es una breve explicación de lo que se trata su documental. El segundo es una respuesta a las críticas que se le hicieron al documental. Cuando escuché su respuesta, llena de burlas y de argumentaciones inargumentadas me compadecí de él.

Es verdad, cuando te critican sin ningún sustento, arde. Arde que haya personas que creen tener el derecho de opinar sin siquiera demostrar una crítica constructiva, que ayude al que están vapuleando para que deje de hacer lo que está haciendo --según ellos-- mal o que por lo menos, y por mínima cuestión de racionalidad, que apuntalen sus diatribas con argumentos lógicos, coherentes y bien pensados. Ni modo Olallo, ahora te tocó a ti.

A mí ya me había pasado. Un par de opiniones sin sentido me hicieron sentir que el coraje se llevaba mis orejas, mis ojos y mi nariz y mi cerebro y mis cabellos y mi piel y todo en un río de hiel hiriviente. Después me di cuenta de que eran sólo sandeces, pues nunca justificaban nada, sólo lanzaban veneno por el puro gusto de hacerlo. Le ha pasado a un amigo, Gsus, que recibió otra crítica sin sustento --la cual fue respondida con toda caballerosidad--. Y pues nada más, le pasó a Coyoacan Joe --a ese sí pobrecillo, miles de personas hablando de sus senos y de lo mal que canta, que aguante de personaje, cuánta autoestima o que poca--.

No es mala la crítica, cuando es pensada. Las demás opiniones de personas frustradas son sólo una forma de dar rienda suelta a todos los traumas que llevan, o es simplemente una terapia de la burla, ver caído al otro y si no lo está, entonces tirarlo. No hay que darles tanta importancia, compañero Rubio, porque entonces podemos caer en lo que tú caíste, responder a las sandeces con más sandeces que sólo parecen ardor.

Hay que reconocer que todas las preguntas que quisiste generar en el público ya estaban ahí. Ya sabemos que el mundo es controlado por corporaciones --como tienen a bien "argumentar" algunos comentarios-- y no por eso se quita peso o importancia a tu documental. Lo dijo alguna vez Rius, lo dijeron tantos intelectuales chilenos, socilistas, etcétera. El hecho de que tú lo digas no cambia, ni para bien ni para mal, las cosas.

¿No fundamentas información? Para qué responder a esa acusación si todos vimos las fuentes al final de tu documental. ¿No hay conexión entre ideas? Pues no, el discurso es tan largo que se pierden, pero no tiene nada de malo. Además, sigo pensando que tú lo debiste narrar. ¿Que tu documental es libre y se mueve según sus propias reglas? Está bien, no hay duda de que así debe ser cualquier pieza "artística", como la defines tú; pero entonces tienes que pensar en lo siguiente: afirmas que el documental está poniendo a los medios al servicio del pueblo --eres muy democrático, de hecho deberías ser el próximo candidato del PRD-- pero si el pueblo está acostumbrado a un tipo de linealidad, entonces no esperes que lo entiendan, y si no esperas que lo entiendan, entonces tu objetivo es erróneo.

Tú sólo quisiste hablar y decir algo, que todos ya sabíamos, no aportas nada nuevo. El poder os hará infelices, los malditos empresarios nos tienen dominados, las cúpulas de los gobernantes tienen apretado al pueblo por la garganta, los esos y los sesos. ¡Basta! Es verdad, tienes toda la razón, pero para qué seguir hablando de lo mismo si no tienes una solución en la mano. Sólo parece que quieres sacar los traumas de haber sido un "dios" y después te hayan despachado, por culpa del maldito dinero (por eso sucumbió Radioactivo, porque "es más redituable otra estación con más noticias", lo cual es estúpido, pero así operan los empresarios, se van por lo seguro y no tienen la creatividad para hacer redituables otras cosas).

Me parece que hacer burla de "los malditos medios que no están de acuerdo con tu película porque los pones en evidencia" sólo te hace ver mal a ti. Todos sabemos --corrijo, muchos sabemos-- que el "tsunami de Hollywood" no le importa que una película habla de tal o cual cosa. Eso no les afecta en lo más mínimo. Me parece que querer hacerte el mártir de aquellos que no piensan como tú, el querer sentirte la víctima, el atacado por quienes no entendieron lo que quisiste decir --"oh, dios mío, nadie me quiere, todos me odian ¡mejor me como un gusanito!"-- está fuera de lugar.

No eres un héroe por hablar de lo que nadie quiere hablar, porque muchos lo hacen y eso no los hace héroes. No eres un mártir por sufrir de los embates de comentaristas del espectáculo, porque simplemente no escriben para derribarte, si lo hacen, es para darle de comer al monstruo de Azcárraga, y si es necesario crucificar al propio Azcárraga, lo harán. No eres único, hay miles de publicaciones valiosísimas, que aportan algo, pero que no tiene la fortuna de contar con un nombre posicionado para poder ver la luz frente a miles de espectadores.

Tus reclamos están fuera de lugar, compañero Olallo, mejor sería aceptar que tu documental tiene muchos aciertos --es verdad muchas cosas de las que hablas, los testimoniales son lo más valioso de él-- pero que también tienes muchos errores, como el haber ilustrado todo tu documental y que realmente no es una obra de arte, ni modo. Mejor levantante y en lugar de utilizar tus podcasts para lanzar contrargumentos sin argumentos, haz otro documental mejor dirigido y más impactante. A otra cosa Olallo.

Saludos,

jpcg

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