martes, 25 de diciembre de 2007

Mis héroes...




"Estamos hechos con los héroes que vivimos"

Después de ver la película Rocky II, hice un breve análisis. La película es buena. La trama se divide en dos: la parte pesada, que es la primera, y la parte que a todos les gusta, que es la segunda (el entrenamiento y la pelea final). En todos los sentidos, Rocky es una de las sagas que más describen una de las funciones primordiales de los medios de comunicación, yendo de la más sencilla charla hasta la más sofisticada creación artística: la generación de héroes.

Sin los héroes no somos nada y es por eso que la importancia de tenerlos es de primordial interés para cualquier pueblo. Debe tener en alguien puestas sus esperanzas, porque el mundo es demasiado grande para vivirlo en la soledad del egoísmo. Los héroes son los que marcan los destinos de los pueblos y los héroes son lo que dan a la gente los bríos para seguir luchando en sus propias vidas, comunes y corrientes, pero siempre buscando la casta de sus héroes.

Los mexicanos, tristemente, carecemos de héroes. Héroes como Rocky, que pueden parecer hechos de cartón y celuloide, pero que tienen más vida que cualquier héroe de pacotilla que se nos ha inculcado. ¿Qué diferencia tan grande hay entre héroes y héroes? Los de los romanos eran semidioses, paridos por el mismo Júpiter. Los griegos hacían que sus héroes pelearan contra los mismísimos designios del Olimpo. Los estadounidenses tienen por héroes a George Washington y Rocky, los dos ganadores.

Rocky es victorioso. Es un ser humano que se sobrepone a todos los límites: desde los enemigos más arrogantes y ansiosos por la victoria, hasta su propia forma de ser. Es un hombre honesto, es un hombre trabajador, y ganador. Pero no es un ganador fortuito, como un Huicho Domínguez, no. Es un ganador que forja su camino y a cada pedazo de película nos va invitando a querer ser como un Rocky, en cualquier forma en que nos ganemos la vida. Esa es la gran virtud de esta película, sabe explotar de una manera tremenda a un personaje que se ha convertido en un ícono de la cultura popular, y ha forjado un héroe mundial.

¿Y Los mexicanos? Los mexicanos tenemos por héroe a víctimas, a mártires, a gente que cae "con la frente en alto", pero siempre son derribados, siempre pierden, siempre sueñan. Tenemos bonches, tenemos a Hidalgo, el padre de la patria, decapitado y humillado, a Morelos quien murió en vano, a Zapata, derrotado, o al Chapulín Colorado, un héroe estúpido. En eso radica parte de nuestra ideología derrotista, ahí estriba parte de nuestro mundo tan gris y sombrío. No tenemos héroes.

No tenemos a quien seguir, no hay un ejemplo a seguir. Todos los que nos rodean no son más que humanos y humanos de la peor calaña son los mexicanos más famosos: el gober precioso, Madrazo, el peje... ¿Será posible que en algún momento pueda erigirse frente a nuestros ojos terragosos un ser humano nacido en el territorio nacional que sea capaz de congregarnos a todos en una sola dirección, en un solo futuro, en un solo respirar, en un solo latir del corazón, y derribar las murallas de nuestro propio egoísmo?

Me gustaría pensar que el cine nacional podría intentar poner sus ojos en erigir alguna figura y así apoyar a México, y no creando películas verdaderamente lamentables por el simple hecho de buscar algo comercial en donde no lo hay. Me gustaría pensar que así será... por lo pronto seguiré pensando que Rocky era mexicano.

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