miércoles, 26 de diciembre de 2007
FáVula 9: Mi mano izquierda...
Un día Dios se dio cuenta del porqué las cosas en su creación iban tan mal y le dijo a su pensamiento, quien es el único que realmente le escucha y entiende: "La mano derecha que tengo, es una miedosa, es interesada y sólo puede ver dos centímetros más allá de lo que la razón le permite. La mano izquierda es ventajosa, es abusiva y altanera, le encanta pelear y cuando deja de existir cualquier ocasión para el conflicto, gruñe y muerde para provocarla. Las dos manos mías ya no hacen nada bueno por sí mismas; pero, ¿qué tal si las reúno para que puedan componer mi creación?".
Instantes después regresaba con su pensamiento: "Fue terrible, mi mano derecha no hizo gran cosa. Sólo terminó por esconderse en ella misma. Olvidó que existían pequeñas criaturas a las cuales debía responder. Sólo pensó en ella y al ver que la izquierda le gruñía incesantemente, decidió preocuparse por su existencia y corrió a esconderse donde mejor pudo. Y cuando sintió que la izquierda ya no la seguía, entonces dijo cosas imbéciles y completamente fuera de lugar. Se sintió bravucona. Sintió que podía ponerse al tú por el tú incluso conmigo mismo, pero tan pronto vio la sombra de la izquierda cubriéndola por completo, corrió hecha un guiñapo y sudó un líquido frío y repugnante, tan repugnante como, como... como la cobardía.
La izquierda finalmente encontró a la derecha y se lanzó violentamente sobre ella, la despedazó en alguno segundos y con odio le gritó que toda la maldad, la pobreza, la injusticia, la desdicha y los vicios eran su culpa. La derecha protestó fríamente, con un odio entripado y, una vez más cobarde, pero no pudo hacer nada contra la fuerza de la izquierda, quien se alzaba triunfante sobre la derecha. Pero el gusto le duró muy poco, pues pronto sintió nuevamente ganas de pelear y no encontró con quién hacerlo".
"¿Y qué has decidido entonces?", le preguntó el pensamiento a Dios.
"Creo que mis dos manos jamás podrán volver a unirse para reparar los daños. Pero para evitar que mi mano izquierda siga devorando los pequeños pedazos de esto que yo cree alguna vez, le daré la dicha de que la derecha siga existiendo...".
"Pero debes castigarlos, de lo contrario seguirán cometiendo sus estupideces ad eternitas".
"Pensamiento, tú, mejor que nadie, debe sabe que yo inventé la genialidad y cada cosa que se me ocurre es una genialidad. Cada cosa está ahí por algo. Verás, la izquierda jamás podrá vivir sin la derecha y viceversa... su castigo será que la izquierda jamás podrá derrotar a la derecha, lo cual le producirá un sufrimiento terrible, y la derecha sufrirá por siempre los embates de la izquierda...".
"En verdad eres tú el verdadero Dios... pero, ¿y las criaturas de este pequeño mundo que tú inventaste?".
"Me parece que cosa extraña ocurre con ellas, porque les place ver cómo se pelean mis dos manos...".
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