martes, 29 de julio de 2008

De villanos a villanos

Hoy tuve que llevar a mi papá hasta Cuautitlán, ustedes sabrán que visé mi pasaporte para llegar hasta terrenos tan insospechados. En fin, cuando estuve ahí, me di cuenta de que ya están los propedéuticos para los de nuevo ingreso, que la Uñam se ve mejor sin mucha gente y que de plano hizo mucho calor. Esto, a su vez me hizo recordar que siempre es mejor quedarse guarecido ya en la casa, ya en la oficina, pero siempre en un lugar harto cómodo y con una bonita vista y buena ventilación de preferencia. Eso fue precisamente lo que no me pasó hoy, y por eso, hasta este momento llego a mi casa, lleno de tráfico y de un calor terrífico. A modo de desestresarme escribiré el post que estaba pensando desde ayer mismo.

Decía que ayer mismo me había echado un clavadaba en la inmensa piscina de Internet. Entre muchas curiosidades encontré esta que me pareció interesante: los 10 villanos más villanos de las películas. Después de analizar a quienes propusieron, me parece que estarán de acuerdo en que, aunque suena bien la lista, nunca estará por demás incluir a uno de los villanos más cómicos y cínicos de todo el espacio de las películas hollywoodenses: Biff Tannen. Debe ser uno de los villanos más villanos por un simple hecho: lo malvado lo trae en la sangre y se ve en las tres películas de Volver al futuro.



Por cierto, días antes de que me pusiera a encontrar este tipo de información en la gran Red, la Coschi me prestó las tres películas de la increíble saga. Enorme, fue asombroso recordar viejos tiempos, sobre todo pensar que la primera de esas películas la vi en los desaparecidos cines Gemelos I y II. Recordé la conmoción pueril en la que caí, imaginándome cien mil veces al Delorian e inventando infinidad de historias a partir de un guión excelso, propio del buen Robert Zemeckis y el estilo incomparable para contar la acción de mi cuate Spielberg.

Justamente en eso estaba, viendo las películas, cuando recordé un debraye que me aventé hace casi cuatro años, cuando me duchaba. Concluí que, aunque un hombre viaje al pasado, es imposible que cambie las cosas; es decir, seríamos meros espectadores y por más cosas que cambies nada se alteraría. Supongamos que viajamos al pasado y cambiamos algo. Tomando en cuenta "n" cantidad de posibilidades que se concatenarían en un orden diferente y basándonos en la teoría del caos, necesariamente el futuro se vería afectado y por ende, el hombre que viajó no sería el hombre que viajó y con ello se realizaría una paradoja en el tiempo (al más puro estilo del buen Doc) que necesariamente cambiaría las cosas hasta ponerlas como estaban en el momento preciso en que se iba a producir el viaje en el tiempo.

Conclusión inevitable es que, el único momento en el que se pueden cambiar las cosas es en el tiempo presente. Por si son peras o son manzanas, yo prefiero volver a ver una película buena, como esta que me acabo de aventar, otra más buen Zemeckis, otra más.



(foto)

No hay comentarios: