domingo, 4 de noviembre de 2007

Un grinch vio Tenacious D




Cosqui había partido hacía el cumpleaños de su pequeño y no por eso menos monstruoso sobrino José, aka "yo niño Pipo", y entonces, me dije "nada de estar triste porque Cosqui nos ha dejado, vamos a seguir con el institucional día del billar" (cada jueves (al menos eso procuramos) nos juntamos el Brown y yo para desempeñarnos en un vistoso juego de billar). Así que me encaminé hacia el hogar de Dr. Brown y me puse a dar vueltas y vueltas y vueltas, pero fue imposible encontrar un triste lugar para aparcar el automóvil. De modo que tuve que dejarlo cerca de la UP, con el peligro de que el poli me dijera "¿Es usté estudiante joven?" y yo tuviera que replicarle "No, no, no, no podría, sólo vengo a ver a un doctor (Dr. Brown)" y entonces su cara de interrogatorio judicial se ablandara, "Ah bueno, así pus sí, si no ya le estaba (sic) yo (super sic) pidiendo que de favor que utilizara la (pinche, eso no lo dijo, pero seguro lo pensó) megatorre de estacionamiento que tienen ahí, si no luego los alumnos se andan quejando que 'oiga poli, ya me dieron un cristalazo, por qué no se fijó' y uno qué va a andarse fijando en si le dan un cristalazo o no, además está bien barato, mire usté, sólo 12 pesitos por todo el día", y yo, en tono conciliador, respondiera "Sí polí, es verdad, ya ni la amuelan. Que tenga un buen día", "Igualmente joven".

Encaminé mis pasos hacia la avenida de los Insurgentes. La atravesé lo mejor que pude, siempre cuidando mis pasos para evitar que algún desquisiado me llevara entre las llantas. Caminé una cuadra, dos cuadras, tres cuadras y finalmente llegué al lugar. Envié un mensaje a Dr. Brown, "ya llegué señor, estoy acá afuera", me contestó "ok señor, ahorita bajo". Así lo hizo. Y entonces, me di cuenta de que se me había hecho un poco temprano, porque generalmente los juegos de billar comienzan por ahí de las seis de la tarde. Así que decidimos matar el tiempo viendo una de las películas que más me han gustado en los últimos años: Tenacious D in the Peek of Destiny.

Hilarante y locuaz, no hay otra forma de definirla. Si alguien pensaba que era imposible ver un musical (con perdón de Vite y de toooooodos los amantes de los musicales del mundo) que valiera la pena verse sin la fastidiosa pose de todos los cantantes de musicales o sin las bobas canciones repetitivas y sosas que te hacen preguntar ¿cuándo terminará esto? a penas a los cinco minutos de iniciado el espectáculo, Tenacious D es una buena opción (bueno, así, a bote pronto, me vienen al cerebro un par de películas musicales que no resultan fastidiosas: Moulin Rouge y Dancing in the dark).

Las actuaciones de Jack Black y de Kyle Gass son buenas, y la trama, la forma en que se entreteje el hilo narrativo y se va construyendo una fina tela que describe a la perfección una historia irreal y hasta cierto punto impredecible, es simplemente excelsa. Bueno, la verdad es que son sólo unos cinco bloques los que se salvan, el resto es pura paja. De hecho, si ustedes así lo quieren, pueden ver toda la película (o casi toda, pero lo más importante y lo mejor) en la hermosa puerta que nos ha abierto You Tube al mundo.

Por otra parte, lo que destaca en esta película, no es sólo la forma en que se narra la historia, en donde se entreteje la visión de JB con la "realidad" que se maneja en la película, sino que son fascinantes las canciones que interpreta el fantástico (porque nació como un juego, una fantasía) grupo. La mejor de todas es Master Exploder, tiene potencia en las guitarras, una armonía precisa y pegajosa sin llegar a la vulgaridad del za za za, además de que la voz de JB es "increíble", dicho en palabras de Dr. Brown, toda una autoridad en lo que se refiere a la música.

Otro segmento que vale la pena ver sin ser molestado por el típico teléfono o porque las palomitas se acabaron o porque la vegija pide a grios que se le permita liberar la tensión, es la de Sasquatch. Ustedes no pregunten sólo observen y retuérzanse de la risa, o por lo menos retuérzanse de la rabia porque todo lo que dije fue tan ensalsado que a la hora de ver la película, lo único que ven son sombras de mis palabras. En fin, ¿para qué seguir con crónicas vanales? Yo sólo les doy la siguiente sugerencia: Véanla, porque como dice Pelé: "yo lo haría".

2 comentarios:

pACO dijo...

Esta crónica esta incompleta... excluiste el juego de billar (si es que hubo uno), la pregunta homofóbica y las cervezas de juebebes.

Sólo espero dos cosas: ser invitado de nuevo a un tradicional jueves de billar y dos ver Tenacious D (en you tube)

pACO dijo...

P.S. Que complicado se ha vuelto comentar en CEREBRO