miércoles, 7 de noviembre de 2007

Anonimos...

Y la verdad me quedé un poco molesto y picado contra todos aquellos que se animan a plasmar una opinión y se escudan bajo el ñoñísimo mote de "ANÓNIMO". ¿Qué les pasa? ¿Cón qué valor moral llegan a opinar en un blog de otra persona, alguna estupidez ofensiva? Porque como no dicen nada constructivo, entonces se ponen el mote de Anónimo, si no, se pondrían cualquier otra cosa, pero como no tiene sustento lo que afirman y como temen que su imbecilidad quede al descubierto, pues mejor le quitamos el nombre y le ponemos el anónimo.

Desde que empecé con esto de los blogs, que no lleva ni un año, me han atacado, por decirlo de alguna forma, en un par de ocasiones. Las dos diciendo estupideces: "no sabes escribir", carajo, pues si no te gusta cómo escribo tienes de dos o no me lees o me enseñas a escribir, no andas alardeando que te sabes de memoria las reglas de ortografía que enseñan en la primaria; u otro tarado que escribe "tus opiniones son muy de niño bobo y descerebrado, seguro te la pasas viendo televisa", ¿eso qué? Eso ni se responde, solito se calla. Y el último fue "sé más respetuoso, ten humildad", ¡¡¡¡carajo, pues de qué jijos me hablan!!!!

En verdad es muy molesto este tipo de ataques, pero ni modo, dicen que como estamos en un lugar libre pues de todo te toca, y lo malo es que, salvo muy apreciables y queridas excepciones (hablo de mi amada Carolina, el buen paquitE!, la atolondrada Gaby o Mel), a mí casi nadie me postea comentarios positivos... ah, pero eso sí, llueven los comentarios de los mentados anónimos, que sólo logran cabrearme por una sencilla razón: no argumentan. Eso puede reventarme el bazo. Hasta ahorita, de todas las líneas de ataque que manejan los susodichos portadores del anonimato, sólo una tiene tintes que buscan plasmar una verdadera opinión fundamentada y sin ganas de fregar al prójimo, y hablo de quien haya posteado en el blog de Alma (almale.blogspot.com).

El Anónimo nos dice que no le parece correcto que haya una segregación contra los niños popis en los otrora reinos de los seres que no quieren ser fresas: los conciertos. Dice que: "La verdad no entiendo porque el estar en contra de que vaya x o y tipo de personas a un concierto y que vayan a hacer x o y tipo de cosas, no se supone que deberíamos a ir a disfrutarlo nosotros y eso sería suficiente? al menos yo pienso eso, no me importa quien esté a mi lado y disfruto del concierto.. Animo, esa onda de resentimiento social como que ni al caso, o quien dice que hay gente fresa que no ama la música, amar la música es exclusivo de la gente no fresa? mmh.. NARROW VISION. Ojo, yo no soy nada fresa pero no me gusta este tipo de segregaciones sociales". Me parece un comentario, por lo menos argumentado.

Pero el resto, el resto son gente que no tiene nada que hacer y se la pasa viendo a ver a quién chinga. No pueden ser como los famosos señores que entran a las salas de chat sólo para meter desorden y deshacer alguna comunidad cibernética (olvidé el nombre), porque, por lo menos en el caso de mi blog, no tengo a tantas personas que se reúnan entorno a lo que escribo. Ahora que, si hay que encontrar una razón para que ellos usen el mote de Anónimo, propongo dos: 1) el nombre está chido y puede aplicarse para muchos conceptos surrealistas o heterogéneos; 2) tienen demasiados traumas infantiles (ya saben, cosas terribles como que no los hayan dejado satisfacerse en su edad oral o en su edad rectal o en cualquier edad que se quiera ver) y por eso no podrían soportar que otro les contestara y les cerrara la boca a sus poco constructivas aportaciones. Por eso yo digo, anónimos, rebatanme lo que quieran, pero eso sí, lo que digan me lo sostienen y me lo prueban, nada más no se vayan a cansar...

1 comentario:

EM dijo...

¿Y quién sabe escribir?

Pueden decir ene cosas Pablo,
tienes el GRAN consuelo de saber que nadie es perfecto... entonces no te desgastes haciendo corajes con gente cobarde y tonta.
¿Quién es más tonto? ¿el que no sabe "escribir"? ¿o el que no sabe leer?¿o el que no entiende mas de dos palabras: de güey y osea?

La escritura es más vieja que el mar, que nadie te diga cómo escrbir, qué escribir y qué no.
¡Qué viva la imperfección, los valientes y la libertad de expresión!