jueves, 3 de enero de 2008

Notas sobre ¿Rock en español?

Alguna vez, en el ahora lejano año de 2007, se me ocurrió que podría escribir sobre el rock en español. Lo hice. Hoy me llega un comentario muy atrasado, pues todos los esperaba por aquellas fechas. Me parece que debo hacer algunas precisiones sobre el punto que quise compartir aquella vez. Estimado Anónimo, esta entrada se la dedico a usted.

En primer lugar, me parece incorrecto expresar que, mi entrada sobre el rock en español, "es la mayor chorrada que he oido en mi vida". Deberías leer todas las que he escrito y seguramente encontrarás alguna que la desfalque rápidamente. En segundo, creo que no quedó completamente claro mi punto (ahora entiendo porqué los filósofos e intelectuales y demás personas que se animan a compartir sus ideas, se avientan unos librotes con hojas y hojas de explicaciones sobre las explicaciones).

El "rock en español" me parece un TÉRMINO absurdo, y hasta cierto punto aberrante. NO quiero decir que no lo podamos usar. De hecho, lo usamos y obviamente no soy nadie (como nadie puede serlo) para decir qué se puede hacer y qué no. Eso sólo lo sabemos cada uno de nosotros, qué podemos hacer y qué no. Pero SÍ soy alguien para decir qué me parece y qué no, así como los amigos anónimos. En fin. El punto es que el TÉRMINO es aberrante y absurdo.

¿Por qué? Por una cosa elemental. El rock fue creado como una muestra de explosión ante las reglas. Es como el surrealismo, que quiere quebrar las reglas y se repliega a las que tiene el sueño y los pensamientos del subconciente (carentes de reglas sociales y naturales). El rock es un vehículo para vivir dicha "libertad"(que en algunos casos, como suele ocurrir, terminó por ser llevada a extremos torpes). La carga filosófica del rock se podría resumir en: libertad a toda costa.

¿Y el rock en español? ¿A caso los hispanoparlantes no tenemos derecho a utilizar el rock para expresar nuestra libertad? Claro que tenemos derecho, y como lo dije, de hecho lo hacemos. Sólo que, inevitablemente, trasladamos nuestra cultura a los acordes del rock (con el mero hecho de cantar en español, estamos inyectando una carga enorme de la cultura hispana al rock) y este rock, termina por dejar de ser el rock original; el de los anglosajones, y se convierte en un rock nuestro.

Por lo tanto, es absurdo hablar de rock en español, porque ya no es rock, es otra cosa. Este es el primer punto que quise tratar en aquella entrada. El rock en español debe tener un nombre propio. ¿Por qué? En primer lugar porque es algo diferente. Hablar de un carro tirado por un motor no es lo mismo que hablar de un automóvil. Cuando el rock cae en manos hispanas, se convierte en un ente ajeno al rock original y por lo mismo debe tener otro nombre. Esto me conduce al segundo punto que quise tratar aquella ocasión.

El rock original habla de libertad. El rock (libertad) es personal y es una visión propia sobre cómo entender las cosas. Por lo tanto, el término rock en español es aberrante para la propia filosofía del rock. ¿Por qué? El rock busca liberarse y el rock en español se ata a los términos del rock para buscar, irónicamente, una forma de expresar su libertad, pero con las reglas de otra forma de expresión. ¡Precisamente eso es la idea central del rock! Crear sus propios medios para expresar.

Ahora resulta que, para expresar nuestra libertad, utilizamos los medios de otros. Pero, si realmente entendiéramos al alma del rock, entonces comprenderíamos que necesitamos crear nuestro propio lenguaje para expresar. Ahí está lo aberrante del rock en español, se aparta de la lógica y busca el cobijo cuando debería buscar las alas propias. Y de hecho así ha ocurrido, pero no lo vemos, ¿por qué? Porque este nuevo lenguaje no tiene un nombre propio y sigue atado al rock (Rock EN español).

Si tuviera un nombre propio, entonces todo lo que surja de él, serán vástagos suyos y no del rock, y esto se traduciría en el refuerzo de la cultura hispana, que cada vez se pierde más en las marisma de la globalización cuyo único peligro es convertir a todos en lo mismo. Todo lo que quería subrayar en aquella entrada era que LA MÚSICA HISPANA CONTEMPORÁNEA merece un lugar diferente y honorable; y no seguir siendo la copia de algo más.

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