miércoles, 9 de enero de 2008

Sobre las mujeres...

Dejé la última entrada con unas preguntas al aire. Y de hecho recibí algunas contestaciones. Mi pregunta viene al caso cuando recuerdo las palabras de un profesor que tuve: "Las mujeres no están contentas con ellas mismas, y por eso pretenden ser hombres". Creo que era un poco exagerada, pero al fin y al cabo, venía al tema en aquella ocasión, cuando se habló sobre el feminismo. Muchos sabemos que las mujeres han sido sometidas y sobajadas hasta extremos terriblemente estúpidos. De hecho, y retornando al inicio de esta reflexión, en la historia de Phoolan Devi, la mujer no es más que un palo de escoba o una vagina. Es verdad que han sido cosificadas por muchos milenios, y quién puede decir si este sometimiento viene desde épocas ancestrales (donde el hombre era hombre por el poder de sus músculos) o si es algo que ha llegado a la civilización humano desde que se organizó precisamente en sociedad.

Para el caso, es lo mismo, las mujeres siguen siendo sometidas... Por lo menos eso lo demuestra el relato de Devi. Si una mujer se siente terriblemente incomprendida y además cree que su vida es una mezcla de tristeza, desgracia y mala suerte, le recomendaría que le diera una leída al libro que relata Phoolan Devi, y así se dará cuenta de que, por lo menos la situación de la mujer en la ciudad de México (no me atrevo a incluir a los pueblitos alejados de Dios) es otra cosa y que tiene mucho camino ganado y que todo se puede arreglar con un cambió de actitud. Ya no tiene que vencer miles de obstáculos que podrían interrumpir su camino al éxito o a donde ella quiera. Esos ya están rotos, sólo que su actitud, sus dudas, su baja autoestima le impide ver que los troncos que impedían el paso se han caído y que ahora son meros espejismos los que no le permiten seguir caminando. Si leen a Phoolan Devi, sabrán lo que son dificultades y se darán cuenta de que siempre se puede estar peor, y que la situación en la que las ha puesto la vida es privilegiada con respecto a muchas otras mujeres.

Las mujeres deben, en primer lugar, saber que son mujeres y que eso significa tener una gran cantidad de características que las podría impeler hacia la sublime felicidad sin tener que querer ser un hombre para ser tratado "dignamente". Sólo es cuestión de ponerse a trabajar, de reunirse (como lo han venido haciendo) e impulsar los cambios que necesitan (como decía uno de los comentarios) sobre las leyes, sobre los sueldos, sobre las prestaciones. Deben tomar en cuenta de que ser mujer es diferente a ser hombre, y en muchas ocasiones ustedes tienen características que a nosotros nos falta (dígase la intuición femenina... que tanta falta nos hace en este mundo) y además, tienen la posibilidad de cambiar al mundo pues son ustedes las que están en contacto directo con los hijos que serán las piezas que moverán al mundo en unas décadas. Así pues, el futuro está y siempre ha estado en sus manos, sólo es cuestión de quitarse las chinguiñas en los ojos y ser lo que saben ser muy bien: unas luchonas de esas que ya no existen en estos campos de la vida.

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