sábado, 12 de septiembre de 2009
La dama y el proxeneta
Antropología Evolutiva
jueves, 10 de septiembre de 2009
El último día del imperio: Crisis
lunes, 6 de julio de 2009
El último día del imperio: Si todos usaran bicicleta
domingo, 28 de junio de 2009
jueves, 25 de junio de 2009
Un cambio
La vida no cambia con una Revolución, digo, no cambia para bien. Una revolución trae consigo incertidumbre, trae consigo desorden generalizado, trae consigo hambre y desolación, sin mencionar la violencia sinrazón que acarrearía. La solución, decía, es un cambio más en lo interior de cada uno de nosotros. Como mencionaba en otro artículo, todos los sistemas están conformados por hombres y como tal, si el hombre es el que está enfermo, tarde o temprano terminará por contaminar al sistema y se volverá al mismo ciclo confirmando la fantástica sociedad cíclica.
Ya hace mucho tiempo vino alguien con una idea magnífica pero poco a poco su grito de libertad se fue viciando y se convirtió en cosas que no debían ser. Su lema: ámense los unos a los otros. Su misión: traernos paz a todos. Hace mucho tiempo vino a nosotros la solución a todos nuestros problemas y qué hicimos. Sabemos la respuesta.
El fundamento de esa pequeña idea no tiene mucha dificultad para explicarse. Es fácil pensar que debemos amar al prójimo, pero es difícil hacerlo, sobre todo sabiendo que ese prójimo es malo ante nuestros ojos. Pero precisamente ahí está la belleza de ese dicho, se trata de confiar en el otro, se trata de lograr una empatía con él, pensar en su bienestar (y al mismo tiempo confiamos que él está pensando en nuestro bienestar) y de acuerdo con esto actuar.
Pensar en nuestro hermano decía esta persona que llegó hace milenios, ¿y ahora qué hacemos escudándonos en nuestra libertad? Dejo que ustedes contesten lo que mejor les parezca y estoy seguro de que se darán cuenta de que lo que digo es verdad. El cambio, amigos míos, está en nosotros mismos. Decía en el mismo artículo anterior del que hable antes que empecemos por pasos pequeños, sonrisas escurridizas, asentimientos con la cabeza para mostrar interés en el otro. No espero que salga nadie a querer dar de comer a todos los hambrientos, preferiría que ayudaran a su vecina viejita (la histérica de los gatos) con el mandado sin esperar si quiera las gracias… sólo háganlo. Digan a aquel que tira su colilla que no lo haga, y recójanla sin pensar que él (o ella) lo vaya a hacer primero. Por una vez en la vida no avienten el coche al de al lado nada más porque traen mucha prisa. Serénense.
Esto es de práctica, un poquito hoy, un poquito mañana, un poquito pasado mañana y así, de poquito en poquito se darán cuenta de que su círculo próximo estará cambiando y entonces sólo si sienten el impulso, salgan un poco de ese círculo y verán cómo los círculos más alejados van cambiando de lentamente, pero van cambiando. Una guerra es costosa en tiempos, dineros y no se diga en vidas; en cambio, un cambio (valga la redundancia) de actitud hacia la realidad por nuestra parte, significará mucho más.
La Revolución que no cambió nada
Es fácil encontrar entre mucha gente la conciencia de estar listos para cualquier estallido social. Están listos para cubrir el patio de sus casas con sangre a favor de un mundo mejor, de un mundo impoluto. Son personas que creen estar preparadas, física, moral y espiritualmente para inmolar sus vidas a favor de sus próceres y que al pensar así dotan de significado a la sangre que ahora corre por sus venas y quien sabe, quizás hasta puedan aparecer en los billetes de cien o doscientos pesos de los que usaremos dentro de unos cien años.
La idea simplemente me eriza la piel y me hace pensar que no saben lo que dicen, que quizás piensen que con otra revolución van a liberarse de los pagos de tarjetas de crédito, van a poder llevar a sus hijos a restaurantes de lujo, van a poder costear los precios de las medicinas, podrán comprar automóviles nuevos y no de segunda mano, podrán vivir la vida que siempre han querido. Craso error es lo que yo puedo decir.
Ninguna de las revueltas armadas ha proporcionado a México un verdadero cambio social; han cambiado los dueños de las tierras, los que ostentan el poder ya no fueron los mismos: primero los españoles peninsulares (revuelta) después los criollos (revuelta) más tarde los mexicanos liberales (revuelta) conservadores (revuelta) liberales (revuelta) Maximiliano (revuelta) Juárez (revuelta) Díaz (revuelta) PRI…
¿Verdaderamente el pobre dejó de ser pobre? ¿Realmente la condición humana del mexicano mejoró debido a la guerra que provocó un cambio? Por que es claro que los avances médicos y tecnológicos no esperaban a que México estuviera o no en guerra, a que tuviera a un dictador o que fuera un presidente el que tirara de las riendas, a que asesinaran a uno o embelesaran a otro. El mundo siguió avanzando y más bien fue el país el que tuvo que correr nuevamente para alcanzarlo y no rezagarse demasiado.
Claramente uno de los grandes impulsores de la tecnología, del progreso lo llamaban ellos, fue Porfirio Díaz y su grupo de científicos; pero él no dio a los indios lo que había buscado años atrás con las revueltas de Hidalgo y a pesar del cambio y el progreso al que llegaron, las condiciones en las que vivían campesinos, mineros, seguían siendo iguales.
Con la llegada de la Revolución Mexicana de 1910, se rompieron las ataduras de la cadena de una presidencia que parecía eterna. En 1810 se utilizó la justificación de la independencia; en 1910 fue la democracia la que movilizó a la bola. Y pasó 1810 y pasó 1910 y la bola quedó siendo bola, salvo la bola de cuates que se hicieron de la presidencia o de la bola de listillos que se convirtieron en caciques, pero la bola, la bola lo que conocemos la bola, bola siguió.
Existe, sin embargo otra clase de personas que también están casadas con esta espeluznante salida “inteligente” a los problemas (llamemos problemas al hecho de que ellos, los que llaman a los vientos de guerra, no están en el lugar de los que quieren tirar) y llevan aún más lejos sus intenciones al vestir con misticismo y proféticos acordes sus agüeros, escudándose en lo que llaman muy pomposamente: la sociedad cíclica mexicana.
Su teoría es muy conocida por muchos y dice más o menos así: “Cuentan la leyenda que cada cien años el pueblo sometido por sus tlatoanis (nótese la obligada vinculación con las más hondas raíces prehispánicas) se levanta en armas para desangrar a los que le quitan el pan y se aprovechan de ellos”. Y ya, con eso ya es seguro que en el 2010 va a haber otra revuelta para quitar a los burgueses, a los empresarios que son ambiciosos (claro que se les escapa el insignificante detalle (el diablo se esconde en los detalles) de que ellos, los que acusan, si estuvieran en la misma circunstancia que los acusado, harían lo mismo) y sólo quieren que dejemos de comer, que nuestras familias perezcan: porque son malos. Nada más estúpido.
Una guerra no es la solución para alcanzar un cambio en la sociedad. Una guerra sólo cambiará las estafetas y pondrá en el lugar de los de ahora, a otros que pronto tirarán los ideales con los que se apoyaron para subir, y se dedicarán a hacer lo que cualquiera haría: asegurar la supervivencia propia y de su descendencia, de los suyos. Pronto pondrán a amigos en lugares claves, pues actúan de la manera más lógica, confiar sólo en los confiables, confiar en el amigo porque es amigo, porque es leal, no porque sea el más adecuado sino porque permitirá mi supervivencia en una simbiosis sin igual.
En busca de la felicidad
lunes, 22 de junio de 2009
El monte
Sale con esta gente
Y entonces, después de culminar su radiografía sobre el susodicho (que no es político pero responde a las características del cacique político de los años cuarenta, curiosamente) viene la batahola de comentarios de fervientes admiradores que ven en las palabras de Ray la iluminación para justificar el proceder de su prócer. Y unos dicen "Cierto, no es fácil, por eso los maniqueos que no lo bajan de populista no han podido desaparecerlo", y otros salen con su burrada "Una explicación más sencilla de por qué lo siguen y lo odian: Simplemente realizó un gobierno exitoso en el D.F., comenzó a aplicar las políticas sociales que verdaderamente necesita el país" y continuaban en sus intenciones por equilibrar su disonancia cognoscitiva con comentarios como "SI UN PARTIDO ME DA EMPLEO, A MI Y A MIS HIJOS, ME DA SERVICIOS DE SALUD(DESDE CONSULTA, MEDICINAS, LABORATORIO, RX, HOSPITAL, ETC.)PARA TODA MI FAMILIA. Y A MIS SUEGROS, PADRES, E INCLUSO CUÑADOS DISCAPACITADOS LES DA $DINERO$, COMO SEA, QUE NADIE LES DA(NI SIQUIERA SUS HIJOS)MI FAMILIA Y YO VOTAMOS POR ÉL SEA DEL COLOR QUE SEA (quinta nota personal: es obvio que cuando el pan o el pri realizan también sus procedimientos para ganar los votos, entonces sí la gente dice que le están copiando al peje y eso está mal y no van a votar por ellos y si no me creen lean el siguiente comentario)", "Por eso Peña Nieto le copió enseguida y por eso despertó envidias entre aquellos que se ostentan como la vanguardia: la derecha anquilosada (sexta nota personal: a los que están a favor de López les encanta usar palabras rimbombantes para no descuadrar con "intelectuales" de la talla de Monsiváis, C. Fuentes o Elenita)", y hay quienes están extasiados porque alguien con autoridad (raymundo) dijo que manuelito no era político y se sienten extasiados porque así ya no sienten culpa en el quererlo, ahora sí no aman platónicamente a un político, aman a un semidios caído de Omeyocan, a porque no puede ser del Olimpo, dejaríamos de ser mexicanos si no buscamos explicaciones aztecas (ojo, no otomíes, no zapotecas, no: ¡aztecas!).
Y yo lo único que puedo concluir es que "si peña nieto o el que sea copio o no la “brillante idea” de amlo (q no vino con la idea por sí mismo, todos los programas, construcciones, etcétera, son cosas que ya se han planificado desde antes e incluso fraguados desde comités internacionales) ¿qué tiene de malo? ¿no se trata de lograr el bien para todos?
Parece que de lo q se trata es de descalificar a unos y enaltecer a otros y no, de eso NO se trata. Se trata de que todos estamos en el mismo barco y hay que tomar lo mejor de cada uno de nosotros para el bien de todos, no sólo del mío y de mi familia y ya, sino de un bien colectivo, tomando en cuenta nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestro espíritu, nuestra sociedad y nuestro medio ambiente. Esa mentalidad de descalificarnos, de ver a pobres y ricos, de pensar que un político (AMLO) es la solución, es la que nos tiene a todos, como sociedad y como mundo, contra el suelo y la que nos mantiene en la mediocridad.
Si los ricos se dieran cuenta de que tienen que pagar buenos sueldos para que los empleados accedan a los productos que a su vez mantendrán como ricos a los ricos, todos saldrían ganando, pero no, hay que joderse al de al lado, y si los pobres se dieran cuenta de que no es con guerras (séptima nota personal: aquí debemos ver que hay muchos que se están creyendo la estupidez de la sociedad cíclica que cada 100 años se levanta en armas para destronar a los malditos ricos, estúpido pensamiento) como se va a salir adelante, no es odiando al rico, no es odiando al que tiene más, sino trabajando, superándose, viendo siempre hacia adelante y no arrastrando rencores por fracasos que producimos nosotros mismo, entonces la sociedad olvidaría su egoísmo, ese egoísmo en el que caímos al buscar la libertad y saldríamos adelante… pero creo q ustedes (octava nota personal: los que creen en el yo, después yo, y al final yo, los que ven en el peje al salvador y no ven en sus manos la solución, los que creen que se trata de enlodarse en dinero hasta la nuez) nunca entenderán esto…
domingo, 21 de junio de 2009
A temblar
El resto de la gente ya sabe que TODOS son iguales, y aunque haya quien piensa que el anterior es un argumento que carece de fuerza, es verdadero, aquél que se inicia en la política es para escalar rápido, ganar mucho dinero y todo bajo el precio de sus escrúpulos y su honradez. Y mucha gente, siguiendo la vertiente de la democracia moderna que funda todo en la libertad de elegir lo que beneficia a cada quien (egoístamente, sin pensar en el otro, mientras aquél candidato me dé a mí una migaja más, estaré con él hasta la muerta, mientras me enseñe que está a favor de la lucha, por lo menos de "dientes pa' fuera" le doy hasta los calzones) ha decidido jugar el juego de la democracia a su modo, dándoles un revés a los partidos, anulando su voto.
Porque una cosa es clara, irán a las urnas, se presentarán ahí y les dirán a los partidos políticos (sí a esos que están a favor del aborto pero en contra de la pena de muerte, o viceversa, o lo mismo pero más barato, y que pretenden "vender" sus propuestas a cambio de votos para mantenerse en la perpetua, sin darse cuenta que la mejor manera de su situación sea perenne es cumpliendo su palabra y ofreciendo bienestar a todos, para que a su vez se les regrese un poco de ese bienestar y la rueca gire ad aeternitas) no nos convencen, ninguno de ustedes tiene los tamaños para gobernarnos, hoy les damos una bofetada con guante blanco y ustedes están temblando por eso.
Es un fenómeno muy interesante, imaginemos que una gran proporción del electorado vota en blanco, que el 60 o el 70 por ciento dice, ustedes NO me representan, ¿qué ocurrirá después? ¿Qué pasará con los partidos políticos, o más bien dicho, a quiénes representarán los partidos políticos? Si lo anterior sucediera querría decir que la gran mayoría de los mexicanos NO estarían representados, que una minoría estaría formando el congreso (otra vez con minúsculas) y que la democracia, donde la mayoría decide, no estaría funcionando, porque la mayoría del pueblo no estaría representada, y no tendríamos por qué aceptar ninguna reforma que se hiciera pues ninguno estaría representado y se daría un fenómeno intersantísimo y digno de verse en las democracias: ¿y qué si nosotros, el pueblo, el que tiene el poder, queremos otra cosa?
Pero entonces algo nos estaría uniendo: la no-representatividad, y al no estar formando parte indirectamente del gobierno, no tendríamos por qué pagar los sueldos de nuestros empleados, porque no tendríamos empleados a quién pagarles, por lo que resultaría absurdo pagar impuestos hasta no encontrar al empleado ideal a quien pagar. Y entonces sí, la cosa se pondría aún más interesante y el pueblo, ese que pidió el voto nulo tendrá que organizarse para presionar con más fuerza a los empleados de los partidos políticos para que hagan lo que deben hacer y se den cuenta que no se trata de vender licitaciones o de quedarse con un pedazo del pastel sino rolar los beneficios para que todos ganemos.
Concluyo que si una gran parte del electorado vota por la anulación, estará enviando un gran mensaje a la clase política, cuyos efectos ya se están viendo en las respuestas de ésta, pero se necesita de un orden milimétrico para que esta posibilidad de tener "el sartén por el mango" no se convierta en un "ya merito", en una pifia o en algo que siempre recordaremos con gusto y con vanagloria propia pero que jamás llegó a ver sus últimas consecuencias, las cuales ninguno de nosotros es capaz de vislumbrar verdaderamente.
jpcg
miércoles, 20 de mayo de 2009
Perspectivas del futuro 2
Obviamente parece no importar mucho qué va a pasar en el futuro. Lo importante es el aquí y el ahora, el sentirnos bien por diez segundos... por lo demás no sabemos si seguiremos vivos ¿no?
Así que a divertirnos, a sacar los instintos, ojalá anunciaran que es el fin del mundo, así no habría culpas; ojalá estuviéramos seguros que Dios se fue hace tiempo, que realmente lo matamos, así no habría hipocresías y realmente seríamos felices...
El humano no ha cambiado, no es que antes la gente fuera más centrada, simplemente ahora somos más y nos hemos quitado las correas que sujetaban nuestras ambiciones, que nos convertían en seres racionales y que no nos dejaban ser animales que actúan para sobrevivir, aunque ya lo hayamos hecho.
Adiós a las ataduras que nos obligaban a caminar por una línea trazada seguramente por tiranos que querían el poder. Ahora el poder lo podemos tener todos. Al diablo las líneas, al diablo los camino, al diablo todos, porque él es verdaderamente libre; él no quiso seguir los dictámenes de un Dios que quería que lo alabaran.
El diablo es el primer ser verdaderamente libre y como tal deberíamos tender a él, deberíamos disfrutar del poder, el poder de tener una camioneta y aventarle el armastrote al primer ser que se nos cruce; el poder de tener doscientos caballos de fuerza y matarnos estampados en cualquier distribuidor; el poder de pudrir el mundo a cambio de millones que ya no sabremos dónde guardarlos, a cambio de obtener más poder que ya no sabemos utilizar, sólo para sobrevivir, seguir en la punta que no existe; el poder de cogernos entre todos; el poder de ser libres, disfrutar de los vientos del egoísmo, de la ambición...
¡Bendito poder que se ha democratizado, y ahora todos podemos hacer lo que se nos antoje! Gracias libertad, ya te extrañaban en siglos pasados, pero nuestros abuelos se retuercen en sus tumbas no porque devastemos la vida, sino porque ellos no pudieron hacerlo.
Hay que pensar ahora más con el corazón, así las dictaduras de la mente quedarán relegadas a meros espejismos, a fábulas que nos recuerdan lo que no debemos ser, lo que debemos evitar. Finalmente descubrimos que somos aire, somos moléculas que viven para rebotar en todos lados.
¡Eso es la felicidad! Al diablo la moralidad y las "buenas costumbres" que sólo cubren y enmascaran nuestros verdaderos deseos. Al diablo Siddharta, al diablo Jesús, al diablo Lennon. Pusilánimes que querían que nos amáramos, que evitáramos el deseo, que el mundo fuera diferente... pero que sobajáramos la cabeza, que respetáramos al de arriba... no más.
No más, ahora somos libres...
domingo, 29 de marzo de 2009
Perspectivas del futuro
Entonces, las monedas se unen, los bancos se centralizan con el poder del Estado, diversificando las marcas. En este punto es interesante recalcar los sucesos franceses, en donde extrañamente desde que Sarkozy llegó al poder, los asaltos, las huelgas y los secuestros han aumentado. Extrañamente desde que llegó Sarkozy, en México aparecen una francesa ligada con secuestradores (diversificación mercadotécnica del negocio del narco), después un “doctor” francés es ejecutado y más tarde una pareja de franceses son muertos en un microbús. ¿Coincidencia? Creo que está muy ojona pa’ paloma. Mi hipótesis es que la mafia narcótica francesa subió al poder junto a Sarkozy y está tratando de entrar a México. Pero lo interesante de esto es que la mafia ya penetró (o ya se evidenció terriblemente) en las altas cúpulas. Ya no son los sobornos, ya controlan las cosas. Ya no temen al gobierno, porque ellos son el gobierno, y si son el gobierno entonces están centralizando el dinero y entonces sí, entonces sí…
Esa es la perspectiva hacia el futuro, un capitalismo centrado nuevamente en la producción, una repartición de la riqueza para que la máquina siga girando, unas monedas y economías cada vez más fusionadas, producción sectorializada y por lo que se puede ver los bienes mundiales (agua, energéticos y alimentos) privatizados. Yo votaría por que los Estados realmente se dedicaran a proteger a los civiles, a garantizar energía, salud, agua y alimentos, que estos fueran “gratuitos”, previo pago de impuestos. De esta forma la producción carecería de un costo fuerte como lo es los energéticos y por lo tanto se abarataría un poco más. Pero lo que es esencial es cambiar la forma de ser de cada uno. Debemos ser menos egoístas, pensar más en el otro, no sólo en nuestros semejantes, pensar más en el planeta en el que vivimos, pensar más en los ecosistemas, pensar en las personas, olvidar un poco el mal entendido concepto de libertad que sólo nos vuelve egoístas y al final nos relega de los demás. Quizás entonces aparecerá una especie de comunismo, no centrado en estar iguales pero maltrechos, no centrado en la maquinaria, en pensar todos igual, en el concreto y el pragmatismo de sus construcciones, que son elocuentes y reflejan el vivir de una sociedad. Un comunismo real, donde no hagamos a los demás lo que no queremos que nos hagan, sino hacerles lo que es justo que reciban, tratarlos como merecen ser tratados, utilizar más el sentido común y volvernos más abiertos a los sentimientos de otros, a los pensamientos de otros, no creer que la sola verdad está en cómo lo decimos nosotros, no pensar que el mundo gira a nuestro alrededor, no ser descuidados e irresponsables con la vida y con el con que de que quiero ser libre, fumo, tomo, me inyecto, inhalo, fornico y al final los únicos que crecen son los narcotraficantes, los pederastas, los tratantes de blancas, que ven un público insatisfecho, que ansía romper las reglas, que ansía poder estar en los brazos de una niñita, que ansía fumar de la verde, que ansía que no le digan qué hacer pero que no sabe qué hacer y lo que hace, lo hace mal.
Si no cambiamos nosotros, no importa qué sistema económico venga, no importa que venga otro Mesías, no importa que haya otro holocausto, no importa que venga un Batman, no importa que todos seamos ricos, no importa que el mundo se levante en un pináculo de gloria, porque todo volverá a derrumbarse, y no venimos a este mundo a derrumbarnos sino a demostrarle al universo que vale la pena vivir, y que aunque aún somos unos cavernícolas, podemos llegar a ser cavernícolas que han logrado sobrepasar el instinto de supervivencia y que pueden llevar a cabo la misión que les dieron hace mucho tiempo: cuidar al planeta y cuidarse los unos a los otros.
lunes, 23 de marzo de 2009
Crisis bancaria: hacia una reestructuración de las finanzas mundiales
Una cosa es muy segura, ni el capitalismo va a dejar de existir ni los bancos van a desaparecer. Los bancos son una de esas raras instituciones que no respetan sexo, edad, religión, creencias ideológicas o marca preferida de pasta dental. Son universales, pues el dinero es universal. La única manera en que éstos pueden desaparecer es si alguien diferente inventa otra cosa que haga la misma función que las monedas y el dinero, y que no se parezca lo que ya haya inventado la banca mundial.
Cuenta la leyenda que fueron los Templarios quienes inventaron el sistema de bancos al tener sedes tanto en Occidente como en Oriente, de tal forma que los viajeros que querían cruzar hacia cualquiera de las dos direcciones con tal de no ser atracados en el camino, depositaban sus bienes en las manos de los Caballeros, recibían un papel signado y al llegar a su destino podían recuperar lo que habían salvaguardado, claro, previo pago de los honorarios correspondientes. Hay quienes aseveran que incluso los bancos existieron mucho, mucho antes, ubicando su aparición en el siglo IV A. C., en algunas polis griegas, y cuya función principal era ser bancos públicos que realizaban operaciones equivalentes a lo que hoy sería el crédito y el cambio, que recaudaban impuestos y acuñaban monedas. Incluso están los clásicos que afirman que “el primer banco moderno fue fundado en Génova, Italia en el año 1406 y su nombre era Banco di San Giorgio”.
Esta información nos permite decir que por lo menos desde el siglo XIV, los bancos ya tenían una organización establecida y una función en la sociedad de aquellos años en los que el capitalismo aún no existía como tal, por lo tanto, podemos afirmar que los bancos no son inherentes al capitalismo, sino que son sólo una institución que ha crecido a lo largo de los años y que se ha adaptado a las inclemencias de sus tiempos, de tal suerte que incluso en una sociedad comunista como la de la URSS, existía un banco central que era el encargado de movilizar el capital acumulado por el Estados (porque quiéranlo o no, y ya lo decía Marx, para que exista el socialismo y luego el comunismo, primero debe existir algo que repartir y ello es el capital), un Estado que fungía como una gran empresa.
¿Qué hay de nuevo?
Introducción al meollo del asunto
Y un día el cuento de hadas terminó, y los medios masivos de comunicación gritaron ¡Crisis!, y todo el mundo se lo creyó, lo palpó y lo vivió, incluso aquellos que hacía decenas de años vivían en un delirante sube y baja que siempre les prometía la tranquilidad (ya no digamos la riqueza infinita) a un pelo pero que siempre tenían que nadar para llegar a ella, y que se acostumbraron tanto a esa crisis que ahora creen que esta otra Crisis es de respetarse… y lo es.
Y surgió entonces la pregunta que a todos nos tiene en vilo: ¿qué va a pasar? ¿El futuro es halagüeño? ¿En dónde fallaron los publicistas que ya no nos prometen mundos hermosos, paradisíacos y sentimentales? ¿A dónde se fue Spielberg para que nos encante con un cuento? ¿Por qué nos han dejado solos? ¿A dónde vamos? ¿A dónde íbamos? ¿Quién tiene la razón? ¿El Socialismo fracasó, el Capitalismo se avería? ¿Qué va a ocurrir?
Existen voces que han aclamado la caída del capitalismo con gélida felicidad. Son las voces de los viejos, los antiguos que alguna vez fueron seducidos por una tendenciosa visión del comunismo-socialismo que pregonaba igualdad entre todos con base en la muerte de los ricos y el fácil esparcimiento de sus riquezas. Así vivieron, convencidos por voces de sirenas que prometían despojar al rico para repartir las migajas (mientras que el despojador se quedaba con todo). Así vivieron, felices y belicosos, contestatarios para algunos, irreverentes para todos, renegando de lo establecido, irrespetuosos de las tradiciones, vituperando a la Iglesia, porque ella es la madre de todos los vicios, decían, y sus hijos son los burgueses (¡malditos burgueses! ¿Por qué no puedo ser yo el odiado, el despilfarrador, el que lo tiene todo? ¿Por qué no puedo vivir un día en el abismo del placer?).
De pronto, llegó el año de 1988 y la caída estrepitosa del ruso se escuchó lentamente, irrefutablemente, irremediablemente, y los creyentes dejaron de creer, y sintieron un vuelco en el corazón, una lágrima en la sonrisa; de pronto, así como así, todo por lo que habían peleado caía, se desintegraba, se desvanecía. Huérfanos. Marx murió. Muchos huyeron hacia escondites Latinoamericanos en donde un grupo de vivillos tomó la sangre de Carl y la enmoheció con disparates y con populismos. Pero algo bueno había: les daba una nueva razón de ser… y ahí se escondieron muchos, tras las palabras de ratones que sólo buscaban lo que todos los seres de este mundo quieren: sobrevivir, y que llevaron hasta las más terribles consecuencias aquello que nos diferencia del resto: la ambición. Pero otros fanáticos del marxismo simplemente decidieron aceptar la realidad y esperar a que el Mesías regresará después de tres días, tres años, tres siglos, lo que fuera. Esconderse y esperar.
Esperaron cinco, diez, quince, veinte años y finalmente la predicción se hizo realidad, los neoliberales caían ante lo que todos los grandes imperios han caído, la codicia, el cinismo desenfrenado, la ambición desmedida. Los fragmentos de sus sueños encontraron la muerte en sus propios sueños (como las pompas de jabón que crecen y crecen y llegan a un momento en que su fragilidad se hace evidente ante cualquier pedazo de viento que, ajeno a los movimientos de los hombres, sigue el curso natural trazado por Dios hace milenios y entonces la rompe, porque así es la vida, un continuo hacer y deshacer, hacer y deshacer). Los que veinte años atrás levantaban las trompas, tiraban los muros, rociaban las calles con pétalos de rosas y papas de McDonalds, los que se encandilaban con la derrota del oso feroz, y se cubrían con su piel y se emborrachaban con su sangre, los que crearon un mundo a su medida, ahora caían. Y los viejos marxistas fueron felices: el capitalismo ha muerto. “Carl, tenías razón”.