sábado, 12 de septiembre de 2009

La dama y el proxeneta

Una timorata e ínclita dama, se paseaba por un jardín. De pronto, sobresaltada miró a su lado a un bien vestido y distinguido proxeneta, gallardo y burdelesco a la vez. Sin notar su profana profesión, la límpida joven acercó su presencia y preguntó al de sentimientos palurdos:

-Disculpe, ¿Me podría dar la hora?

A lo que el alcahuete contestó:

-Su desorden gramatical al formular su pregunta, bella damicela, me deja impertérrito, pero se la puedo dar ahora o cuando usted así lo pida, sólo avíseme para agendarla.

1 comentario:

patzarella dijo...

www.rae.es, ¿podrías ayudarme a comprender la entrada del cerebro de master youdas? ¡Gracias!