jueves, 29 de mayo de 2008

Que se acaba la mazorca...

Todo mundo (ahora sí, literalmente) está hablando al respecto de la famosísima crisis alimenticia (o alimentaria, ¿cómo se dice?). Lo más seguro, afirman algunos, es que el arroz será el grano que menos se produzca. Lo más seguro, dirán otros, es que todo esto tiene que ver con la dificultad para muchos de los dirigentes mundiales, entiéndese políticos y empresarios, a poder encontrar una solución para con los energéticos. ¿Por qué empeñarnos en sacar energía de la comida, cuando la comida es para humanos y no para máquinas? ¿Por qué cegarnos y seguirle el cuento a las siete hermanas, que no hacen otra cosa más que contaminar al mundo, envilecer las vidas y ahogarse en torres de dinero líquido y espeso? La crisis alimenticia o alimentaria podría convertirse, como lo han señalado miles de especialistas alrededor del globo terráqueo, en un detonante para una crisis social más allá de las que se ha visto en la historia (¿histeria?) del mundo.

¿Por qué? Es sencillo ver el porqué. Si los alimentos suben, la gente no podrá comprarlos Y mantener su ritmo de vida. Para poder adquirir los alimentos tendrá que dejar de gastar en otras cosas. Entre las primeras, decía un artículo de El Universal, serán los lugares de esparcimiento, ya no más cine o ir a mirulear. Después le pegará a los restaurantes, pues la gente preferirá ir a hacerse sus sandwiches a casita en lugar de ir a gastar lo mismo en un McDonalds. Gastarán menos en ropa, quizás dejen de pagar rentas, usarán menos el auto y comprarán menos gasolina... en pocas palabras: CONSUMIRÁN MENOS.

¿Y qué tiene eso de malo? ¿A caso no es lo que muchas doctrinas han buscado a lo largo de las centurias en las que el capitalismo enraizó? ¿A caso no era la solución a nuestros problemas existenciales acabar con el CONSUMO despiadado? ¡Se va a conseguir! ¿Entonces porqué no estar felices y bailar tal y como lo hicieron los españoles al caer el régimen franquista? Creo que la respuesta es obvia. Nadie quiere un lugar casi apocalíptico, en donde el mundo tal y como lo vemos se caiga a cachitos. ¿QUÉ HACER?

Una solución, se me ocurre, podría ser aumentar los salarios. Pregunto a quien pudiese ser economista o quien pudiera entender más sobre estas cosas: ¿a caso no es verdad que, si la gente tiene más dinero, podrá gastar más? ¿y a caso no es verdad que si gasta la producción no se detendrá? ¿y a caso no es verdad que si no se detiene las grandes empresas seguirán vivas? Entonces, ¿por qué no subir los salarios? ¿Por qué paliar los efectos y dirigir los esfuerzos hacia los que menos tienen? ¿Por qué descobijar a la famosa y nunca bien ponderada clase media? ¿Por qué olvidar a la heroica clase media que es la que hace girar este maldito mundo con sangre de dinero? ¿Por qué defender mal y de malas a los más pobres y dejar a la intemperie a los de la clase media, que son los que logran el equilibrio, los que pagan impuestos, los que se ajustan a las reglas, los que buscan la tranquilidad, los que podrían brindar oportunidades a los de más abajo? ¿Por qué abrir la brecha y lanzar al abismo a los de la clase media? ¿Por qué el egoísmo y la miopía de la clase alta, que no logra ver que, si se derrumba la clase media y se disuelve en la incertidumbre de la pobreza, entonces no habrá quien alimente sus caprichos? No me tienen que contestar... es sólo una pregunta retórica.

La imagen fue tomada de aquí: univisión

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