El buen señor Manuel me dijo que la recogiera y me dio instrucciones para llegar sano y salvo entre la enmarañada red de calles terriblemente congestionadas de la ciudad. Lo que más me sorprendió en esta pequeña aventura fue encontrar una de las calles con el nombre más folklórico que jamás haya visto: Don Manuelito. Vas sobre la avenida Toluca, y después de pasar la dichosa Curva, te encuentras con una calle no mayor a 200 metros (no es nada pequeña). Esa es la calle de Don Manuelito, dichoso señor que vendía por ahí tortas y demás productos para los hambreados trabajadores.
Pero este no es el punto de esta entrada. De hecho, la anterior es la parte, por llamarla así, chusca. Lo que vengo yo a contarles es que ya había olvidado las jodas que te dan al traer una PC. Primero, la desempacas y la prendes. Parece que hasta todo iba perfectamente bien. Pero no, ahora tenía que instalar las cosas. Se tardo años, pero finalmente se consiguió. ¿Y ahora? El primer escollo vino cuando tuve que activar el mentado Norton. A que chinga, sobre todo porque a la compu todavía no se le ha activado bien el WLAN (pues necesito algunos numeritos) y la instalación del producto no pudo ser finalizada exitosamente.
En fin, me dije, lo que a mí me interesa es saber si el pinche Word sirve. Abrí la mentada aplicación y me salen con la jalada de que hay que introducir el pinche código. Lo busqué y encontré una etiqueta que decía "Certificate of Authenticity". Ya chingué. Introduje los números. No acepta los ceros (me dice la inteligente computadora). ¿Y ahora qué hago, si hay como tres ceros? Me chingó.
Entré a Internet a la pitera página contra la piratería del buen Billy Gates. Busco y me dice la página al más puro estilo de una recepcionista muy amable pero inservible "Usted desea activar su software". "Ajá sí". "¿Tiene el código de autenticidad?". "Ajá sí". "¿Viene en una etiqueta como estas (se despliegan unas imágenes con etiquetas)?". "Ajá sí". "Pase a la siguiente ventana". "Paso". "...". "¿Qué pasó?", la mentada página no me ayudaba absolutamente.
En todos lados había links para convencer al público de que era por nuestro bien y del mundo entero que todos tuviéramos certificados de autenticidad, pero no había ninguno que te dijera cómo chingadamadre (perdonen sus mercedes, pero así se dice) se activaba el jodido código. Finalmente, entre uno de los vínculos apareció la posible solución: "el Key Number está debajo de su equipo". "Ahhhhhh, hubieran dicho eso antes". Lo busqué y lo encontré. Abrí Word, me pide la dichosa clave, la introduzco... "Su contraseña no es válida, busque bien y anótela correctamente". "¿?". Vuelvo a verificar, vuelvo a escribir. "¿Que no me entendió bruto, su contraseña no es válida, fíjese bien tarado, pinche miope, anote con propiedad". "Ta bien, ta bien, pero sin alburear ¡eh!".
Entro de nueva cuenta a la inservible página de Mr. Gates. Nada. Intento nuevamente con la clave. También nada. Me cae el veinte, sólo te dan una pinche pruebita de unos cuantos pinchurrientos días para que les compres la mentada aplicación. ¡Como si no supiéramos ya para qué sirve el Word y todo lo que te brinda esta herramienta! ¡Por qué no dicen esto desde el principio! ¡Por qué no hacen las cosas fáciles como Mac! Me consuelo, no por nada, en unos diez años, los ipods van a sustituir todo y Bill Gates se dará cuenta de que sus chingaderas de andar protegiendo sus productos a lo güey (porque se pueden proteger de forma que a todos, sobre todo a sus clientes, les guste el asunto) valieron para puro... sorbete.
Moraleja: mientras más conozco las PC's, más quiero a mi chingada Mac...
2 comentarios:
¡Has dicho y dicho bien!
uuuuuuuuuuu ke estrés! yo me llevo bien con las 2, sólo que con Renecito detesto photoshop!
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