miércoles, 26 de marzo de 2008

Dios está de luto

Y mientras todos creen que tienen la razón (una enfermedad mental que podríamos bautizar como unamismo) el mundo se va de pique. ¿Por qué digo esto? Sencillo. Los de la izquierda le pegan duro y bonito a los de la derecha y los de la derecha rezongan entre labios para que con el dinero que tienen (y lo tienen ambos, porque ser de izquierda no quiere decir ser pobre, pobres los que creen que la izquierda busca enriquecerlos) pongan trabas a los de la izquierda, y terminamos viendo que ambas manos no sirven para una chingada. 

La molestia la expreso más porque la epidemia de dimes y diretes que no llegan a nada se ha expandido sigilosamente hasta los otrora medios de comunicación alternativos. Estos eran los bastiones que nos daban las noticias "sin sesgar" con un enfoque ajeno al que todos los demás decían. Parecían ser contestatarios, pero su mayor virtud era decir lo que otros callaban. Y de esta forma, el pensamiento diferente fue permeado por la corrosiva ambición de una izquierda afanosa en destruir lo establecido pero sin una idea real sobre cómo hacerlo. 

¿Por qué no? ¿A caso el sueño de la URSS ha dado frutos? ¿A caso China ha salido adelante sólo por sus ideas socialistas? ¿A caso Chávez con el puro socialismo va a crear una nueva forma de vida? Son ideas arcaicas que no tienen un fundamento real, porque se quedan en el ámbito de las ideas, un mundo en donde todo funciona de manera perfecta, el paraíso en la tierra: la imaginación. 

Pero sucede que no estamos en la imaginación, estamos en un mundo en donde todos debemos de vivir, y en donde el único idioma que todos conocen es el de la negociación y el sintagma que nadie quiere entender es de "ceder". ¿Por qué yo voy a ceder si he cedido por muchos años? Hay una cosa verdadera en eso, se ha cedido por muchos años, pero cuando se quiere mejorar con base en un movimiento revolucionario o en "medidas de resistencia pacífica" (en esta faceta de violencia donde no hay puños ni palos pero sí una violencia verbal y sobre todo una violencia de la polarización donde los pobres debemos de ir contra los ricos, porque son ellos los que nos han dado en la torre, y no los falsos ni los mentirosos ni los deshonestos ni los corruptos ni los tramposos, que de esos hay y en todos los estratos, los hay entre los pobres, entre los ricos, entre los políticos, entre los profesionistas y entre los mismos niños (porque hay quienes todavía creen que ser niño es ser un ser (valga la redundancia) ajeno a la adultez)) cuando se quiere mejorar con la descalificación de los unos contra los otros y con las groserías y con las patadas entonces nos damos cuenta de que seguimos en el hoyo. 

¿Por qué hablo de todo esto? ¿Por qué saco al tema los otrora medios de comunicación alternos? Por una razón sencilla. Hay un diario al que yo quería mucho y al que me gustaba llegar a extraer información por considerarlo ajeno al cochinero. Hablo de La Jornada, diario que tenía puntos de vista distintos y donde colaboraban supuestos intelectuales. Ahora veo que esos intelectuales no son más que "peleles" y "cachorros" de una ideología podrida en la impotencia y en la envidia. Ahora resulta que, según la Rayuela de hoy, hubo un "diagnóstico fallido" porque según los editores de este otrora noble periódico, "el tesoro de México no está en las aguas profundas del océano, sino en la plancha del Zócalo". Plancha del zócalo llenado por un AMLO resentido y con un único propósito: ser el elegido entre todos para que nos gobierne hacia quién sabe dónde (porqué estoy seguro que ni el mismo lo sabe). 

Y días antes fueron los primeros en hablar sobre la revolución que se está gestando en las montañas, y toda la semana pasada se la pasaron hablando de los "asesinatos" de los pobrecitos jóvenes mexicanos a manos de los "sangrientos" colombianos, cuando esos pobrecitos jóvenes ya tenían suficientes bellos en el fundillo para saber qué chingaos estaban haciendo y que estar en un campamento de guerrilla (un ente que le ha declarado la guerra a un estado y que por ende está en situación de guerra) no es estar en Coyoacán metiéndose mariguana y manteniendo al narco. Y así, desde que el pobrecito AMLO fue despojado de su trono, La Jornada se ha ladeado incontrolablemente hacia el otro extremo y ahora su mirada es completamente trastornado por el izquierdismo enfermizo y los vuelve tan útiles como los noticieros de López Dóriga que los seguidores de este tipo de periodismo se han encargado de ladillar hasta el cansancio. 

Ahora me doy cuenta de que lamentablemente de no ser por una derecha, periódicos como La Jornada no encontraría qué decir y moneros como Hernández no sabrían que dibujar y columnistas como Julio Hernández no sabrían hacia dónde enviar toda su bilis. Es definitivo, los que cobran en La Jornada deben su sueldo a la derecha. Si AMLO hubiera ganado, es probable que La Jornada no hubiera encontrado su nicho como ser diferente porque sería parte de lo mismo. Se hubiera ido a pique. Y como La Jornada, muchos periódicos e intelectuales tienen la misma suerte. El mundo se divide (como siempre), los hombres se matan (como siempre), reina la envidia y el cinismo (como siempre) y la "obra de Dios" hace que el propio creador, Dios, esté de luto (como siempre).  

1 comentario:

EM dijo...

Y Dios sopló su aliento de vida al hombre que recién había formado... Genesis.. ¿Que aliento de vida era ese? Yo más bien he oido lo de "todos estan cortados con la misma tijera" Priistas, Perredistasm Panistas, La Jornada, El Universal... no vale la pena creer lo que tú por tus propios medios no puedas corroborar. Ni modo así es esto: lo que quieres que salga bien (o que sea la verdd) Hazlo Tú mismo, sino NO CReas en lo que tus ojos puedan leer en los diarios de este país