sábado, 4 de febrero de 2012

Sueñas


10

Bebé Guillermo Tipaso nació un 11 de enero. Recuerdo que era un día frío pero muy bonito, con el cielo azul, azul; un cielo que se distinguió del resto de los de enero, como un zafiro entre piedritas de carbón. Beyoncé me marcó para decirme que no me preocupara, pues ya estaba en el hospital a punto de dar a luz. No me preocupé. Simplemente tomé mis cosas y salí con paso decidido ante la mirada estupefacta de mis jefes, quienes segundos después continuaron con sus aburridas cuentas. Recuerdo que días antes había tenido una tremenda gripe. Estuve tirado por lo menos dos, con temperaturas de 40 o 45 grados. De hecho, imaginé que moriría derretido antes de poder ver los ojos de mi hijo. Zenaida me cuidó muy bien al igual que Beyoncé, a quien pedí con un dolor en el corazón que no se me acercara mucho pues estaba embarazada. Topo Gigo, mi fiel gato, también ayudó, aunque a ciencia cierta dudo que me ayudara el que estuviera echado a mis pies pues la temperatura no cesaba. Le dije a Zoraida, "quita a Topo Gigo", y sólo meneó la cabeza, "tío, estás alucinando" y después miró a Topo Gigo haciendo un pacto tácito.

Ese día, el día en que bebé Guillermo Tipaso nació, la gripe se me cortó de un golpe. De pronto ya no sentí el malestar que me acompañó todo el día. Tomé mi bicicleta y después de dieciseis baches y dos cráteres (hoy en día, los baches y los cráteres de la ciudad son importantes para medir distancias y dar indicaciones, de hecho, el gobierno de la ciudad ya ha dedicado horas de sus asambleístas para dar nombres a los baches más memorables, y vaya que hay competencia) llegué al hospital. Ahí estaba yo, esperando, envuelto en una capa negra, con un bufandón gris y una gorra de "Cementos Tlaxcala". Pasé entre los cuartos y todos me miraban y me felicitaban con los ojos. Todos sabían que ese día había nacido el niño más hermoso del mundo. De hecho, cuentan que las 20:20 fue el horario reservado para que ningún otro niño o niña naciera en el mundo. Eso yo no lo creo, pero así lo indican varios biógrafos de bebé Guillermo Tipaso.

Recuerdo muy bien su carita. Me miró y nos volvimos confidentes inseparables, miembros de una cofradía exclusiva a la que sólo tenía acceso Beyoncé y en donde de vez en vez se escabullía Topo Gigo, tal y como lo hacía en mis sueños y en mi vigilia. Recuerdo haber pensado que el mundo se había detenido y que había visto crecer a bebé Guillermó Tipaso. Sólo su llanto rompió el encanto y Beyoncé me apuró para que lo acercara al seno materno. Nunca había visto a un bebé comer tanto. Comió por horas. Había veces que dormía y seguía comiendo. Pronto, creció lo suficiente para salir caminando del hospital, pero el protocolo del nosocomio nos lo impedía y tuvimos que salir con un bebé de 53 centímetros y 3 kilos cargando, ¿se había visto algo similar en algún lado? A la edad de 50 centímetros y 2900 gramos, hay bebés que ya saltan vallas y rompen marcas mundiales y en mi país me pedían que saliera con mi bebé cargándolo. Sólo lo hicimos para evitar multas por omisiones. Yo simplemente no quería que esto fuera un sueño y que fuera a despertar en cualquier momento.

Por instantes me recordé a la edad de diez años. Mi abuela materna había muerto. Recuerdo que veía instantes, como si todo se hubiera detenido y el motor de la vida intentara recuperar su constante caminar y mi mente se lo impidiera. Recuerdo negros y colores de cirios. Recuero a mi abuela en el centro, en un gabinete de cedro preciosísimo. "No te gustaría que tu viejita se fuera en esta tumba", pregunto una tía, y mi abuelo, demasiado aturdido, no pudo decir que no, aunque a mi abuela realmente no le importara viajar dentro de un árbol muerto. Recuerdo haber pensado que era un sueño. "Esto es un sueño, sólo tengo que despertar". Y pasó un día y otro y otro más y nunca desperté, por lo que llegué a temer que no había sido un sueño y a la distancia comenzaba a dudar si quería mantener mi deseo de despertar, pues había vivido ya muchas cosas bellas. El día de hoy es uno de esos momentos que no quisieran que desaparecieran mientras abro los ojos en mi cama mientras mi madre me sugiere que me despierte para ir al colegio. Hoy naciste, bebé Guillermo Tipaso y el mundo no volverá a ser igual.

Topo Gigo se acurrucó en mis rodillas mientras veía a Beyoncé, con su incansable sonrisa, dar pecho a bebé Guillermo Tipaso, después de estar, los dos, exhaustos y deseosos de que llegara un nuevo día para ver crecer a nuestro hijo. Parece que Zenaida lo está disfrutando por igual. No quiero despertar, no quiero despertar...

Foto tomada por: Carolina Cázares-Montañez

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