domingo, 5 de febrero de 2012

Sueña


11

Bebé Guillermo Tipaso crece con rapidez. Ya lo decía yo, pronto podrá declamar y quizás dar un par de piruetas al mismo tiempo. Lo que me sorprendió verdaderamente fue lo que me contó Beyoncé. Hace a penas unos días que bebé Guillermo Tipaso está con nosotros y hemos constatado que hay algunas noches buenas, algunas malas y en ocasiones otras terribles. El viernes pasado acariciaba a Topo Gigo, mientras Beyoncé entraba en la habitación dirigiéndome la misma mueca de consentimiento y abnegación. "¿Cuándo dejarás de hacerlo?". "Me gusta hacerlo y a él también". Suspiró.

Beyoncé dejó a bebé Guillermo Tipaso en su cuna y se acostó junto a mí. El mes en que nació bebé Guillermo Tipaso ha sido uno muy frío. Dicen las noticias que los polos se han vuelto a congelar y que en muchos países del norte de Europa, los ríos se han petrificado, dejando de abastecer al mar. En nuestra casa, la escarcha se ha convertido en el nuevo pasto y tuve que comprar diecinueve calentadores para mantener la temperatura interior del cuarto a veintiséis grados. Procuramos que la temperatura no cambie, así que cuando Beyoncé me comentó por la mañana que la noche había sido particularmente fría, dude sobre la calidad de los calentadores. "Estoy asustada". Tomó aire. "Vi a una niña". El corazón le empezó a latir. "Se acercó al bebé". Esperó mi respuesta: nada. "Realmente me asusté. Se veía alegre pero me atemoricé...". "Por supuesto, era Zenaida", interrumpí. Me miró con indignación. "¡Era un fantasma!, yo la vi. Se veía angelical. Estaba contenta de ver a bebé Guillermo Tipaso. Pero era un fantasma". "Lo soñaste, Beyoncé, definitivamente fue un sueño".

Fue cuando recordé que aquella particular noche, bebé Guillermo Tipaso lloró mucho, mucho, mucho. Evidentemente Zenaida había ido a visitarnos, pero es claro que ella no podía haber lastimado a bebé Guillermo Tipaso. "Era un fantasma", me espetó Beyoncé, "me estás irritando bastante". Ahora, Beyoncé había visto un fantasma, que por supuesto había confundido con Zenaida. Estas noches con bebé Guillermo Tipaso han sido caóticas. Dormimos poco y estamos alerta. Es fácil que Beyoncé haya confundido a Zenaida con un fantasma. Hay veces en que entreabro los ojos y también veo miles de figuritas alrededor de bebé Guillermo Tipaso y después, en la vigilia, caigo en la cuenta de que son los reflejos de las estrellas con las que sueña mi hijo.

El día de hoy, el sueño de Beyoncé la llevó a comprar varias medallas, las cuales colgó por toda la casa. Zenaida está junto a mí y me pregunta constantemente el porqué del enojo de Beyoncé. "Tienes que entender que es nuestro hijo y muchas veces a los papás no nos gusta que nuestros bebés lloren". Zenaida entonces se hizo un ovillo junto a Topo Gigo. "¿No crees que exageras? Si tan sólo hablaras con Zenaida sería más...". "¡Zenaida! ¡Zenaida! ¡Zenaida! ¿No tienes otra cosa que decir, otra cosa, otras cosa?". "Pero, Beyoncé, Zenaida...". "Deja tus fantasmas ya. Estamos hablando de nuestro hijo". "Pero, Beyoncé, fue un sueño, todo fue un sueño, no había fantasma, fue un sueño". "¿Sueños? En sueños vives. Ya debes despertar". Y salió corriendo, azotando la puerta.

Regresó dos horas más tarde. No volví a tocar el tema del fantasma. A veces, definitivamente siento una presencia juguetona. Quizás la niña. Pero entonces veo a Zenaida sentada junto a bebé Guillermo Tipaso y acariciando a Topo Gigo. Hoy hablaré con Beyoncé. No me gusta su apariencia demacrada. Es cierto que estos días nos han desgastado mucho, pero siento que hay algo más en sus ojos. Por lo pronto, se ve más tranquila, pues las medallas han hecho que Zenaida no se acerque más a bebé Guillermo Tipaso, quien, por cierto ha dormido como un bebé. Zenaida llora mucho y en ocasiones despierta a Beyoncé, quien se sobresalta y mira para todos lados en la gélida habitación, buscando entre las sombras la cara de la niña, pero al parecer no la ve. Entonces, esperando a que Beyoncé vuelva a acostarse, me encamino con Zenaida y la consuelo. Eso hice esta noche y lo que me dijo me dio un vuelco en el corazón. "Es tiempo que te despidas. Pronto vas a despertar". No sé qué quiso decir, pero definitivamente me dio mucho miedo. No quiero despertar.

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