A riesgo de sonar anti cool, me parece que el caso de los cables difundidos por la ahora muy golpeada página de Wikileaks debe verse desde una óptica más fría y no escudarse en la libertad de expresión, escudo que ya de por sí ha sido muy mellado por el mal periodismo. Voy por partes.
Raymundo Riva Palacio habla en su columna Estrictamente Personal: Amores Perros sobre un hecho que pocos comunicadores y comunicólogos se atreven a tocar. Sí, lo más fácil es atacar al gobierno, a las autoridades, al que está arriba y con ello cubrir la cuota de la "libertad de expresión". Algo como lo que hace la CNDH, quién emite recomendaciones al gobierno pero en pocas ocasiones lo hace contra las bandas criminales. Se es patriota, se está bien con el mundo cuando se ataca "al poderoso" o por lo menos a quien perceptualmente es el poderoso del momento.
La columna es consisa: el periodismo es el nuevo tribunal en donde se enjuicia de forma rápida y expedita a cualquiera. Si es funcionario, es malo, se acompaña con alguna información ad hoc y listo, el funcionario es enjuiciado por la prensa y sometido a la condena popular. Si resulta que el funcionario es un raro especimen (de esos honestos y comprometidos), su imagen ya tendrá un tache.
¿Qué pasa con los wikileaks? ¿Cuál es la finalidad de difundir cables así como así? ¿Se busca sólo demostrar que Estados Unidos está entrometido en asuntos internacionales? Eso se sabe desde hace tiempo y no es privativo de este país. ¿Se busca justicia? ¿Por qué no llevar la "evidencia" a tribunales calificados y que los funcionarios sean enjuiciados como cualquier otro? ¿Se busca crear rumores y cotilleos? Creo que eso sí se ha logrado.
Difundir cables no ayuda a la libertad de expresión. Recordemos que esta libertad es quizás de las más delicadas. Informar a las personas (que muchas veces sólo oyen y entienden lo que quieren oír y entender) es difícil pues se corre el riesgo de que no sea la información sino la opinión quien impere. Difundir los cables como se ha hecho, sin buscar otra cosa más que el escándalo no es muestra del uso de la libertad de expresión.
Con esta lógica, se podría enjuiciar a cualquiera por el sólo hecho de comunicarse, sin un protocolo o sin un proceso judicial establecido. Sí, suena cool estar a favor de Wikileaks y seguir la tendencia de matar al poderoso, pero esta no es la forma de luchar contra ello. Se tiene que ser más inteligente y más serio si se quiere realmente acabar con "los males del mundo". Dar a conocer información "para quemar" a otros, es sólo un desfogue, un "sacar la presión", pero no lleva a nada más.
Pensemos con más claridad las cosas. ¿Estuvo bien que se difundieran los cables? Sí. ¿Estuvo bien cómo se difundieron los cables? No. Sólo se destapó la cloaca (¿y qué sale de la cloaca?) sin tener un plan que permita mejorar. Tal parece que cuando se trata del periodismo, se vale pedir perdón antes que pedir permiso, caiga quien caiga y aunque se atropelle la ley que es la que se supone nos vuelve un poco más civilizados, un poco más democráticos.
PS: Lo increíble es que, por lo menos en México, al parecer la gente no tiene memoria. Por lo tanto, aunque aparezcan nombres en los cables, al rato, nadie se va a acordar de ello. Punto más a mi favor, ¿para qué sirvió difundirlos?
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