Hoy es el primer día, desde hace varios meses, en el que me animo (tengo tiempo) de escribir una entrada más a este blog que me ha acompañado por varios años (hoy ya son tres y contando). Supongo que no escribiré un cuento, prefiero la reflexión por ser una fecha especial.
Desde hace varios días, quizás años, ha rondado en mi cabeza la idea de que la educación debería centrarse, por lo menos en los primeros años, en reforzar la capacidad de decisión y de análisis en los niños. Sería magnífico, pienso yo con mi sesgada visión, que un niño pequeño tuviera las herramientas necesarias para enfrentar la vida, que está llena de decisiones. Que tuviera las herramientas para entender realmente los procesos que ahora se enseñan de memoria.
Justo estoy leyendo un libro de Carlos Llano que habla sobre la enseñanza de la dirección y podemos inferir que la educación se centra en la pasividad, en ser receptor de ideas, de modelos, de teorías, de mecanismo, de procesos, pero que realmente no son entendidos. Son memorizados. Está bien memorizar, pero si no se entienden de poco sirven: se van a la memoria RAM y se después del examen se borran para dar paso a mejores cosas.
Y justo, a colación de esto, vi casi por casualidad un buen video que posteo en seguida (obsérvenlo, son seis valiosos minutos)
De acuerdo con el autor, al niño no se le está enseñando correctamente y de hecho propone cultivar "el pensamiento divergente" sobre las teorías y demás abstracciones. Está bien. Sólo que no hay que llegar al extremo de querer quemar todos los libros científicos y académicos. El cerebro humano tiene la capacidad de obtener conocimiento de varios lados. Por uno, está la experiencia, el día a día que nos ayuda a advertir situaciones. Cuando esta experiencia es sistematizada y podemos llegar a afirmar algo de dicha situación se convierte en conocimiento científico o académico. Como vemos, no hay mucha diferencia, lo único es la sistematización entre uno y otro, un rigor que en la experiencia existe y que en la ciencia existe por teoría. Es decir, enseñar al niño a pensar se trata de ayudarlo a equilibrar.
Finalmente, el autor de este video nos habla de focos rojos que surgen de la concepción de producción para lo que se prepara a la gente (recordemos que según él, la enseñanza tiene un gran parecido con la línea de producción), mientras que el autor del siguiente video nos habla de que la población mundial se ha visto beneficiada, por lo menos en cuestión de salud, con el mismo desarrollo económico.
No se trata de decir que una idea está bien y la otra mal o viceversa. Se trata de echar la roca a girar, ¿porqué por un lado, el sistema de generación de riqueza a producido beneficios en la salu mientras que por el otro está creando niños infelices?
1 comentario:
Muy interesante..Saludos
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