martes, 14 de agosto de 2007
MOVIMIENTO EN CONTRA DE LAS CAMIONETAS
Fue suficiente, después de 6 años de manejar por las laberínticas y completamente extremosas calles de la ciudad de México (en un solo tramo de periférico un topólogo o geólogo puede encontrar más de 5 diferentes tipos de superficies que van desde el árido desierto hasta el fangoso pantano, pasando por sus diferentes innuendos) he llegado a la conclusión de que las camionetas son un invento completamente estúpido.
Daré dos razones pero seguramente encontraremos más si le escarbamos (ahorita que está de moda eso de las excavaciones para encontrar gente sepultada y que supuestamente sigue viva). La primera es que convierte a las personas en la prepotencia sobre ruedas. Los hombres, de por sí medios bueyes para eso de la manejada, se vuelven más toscos y creen que por el hecho de traer media tonelada más de aluminio, que igual sirve para maldita la cosa, tienen el deber de meterse por todos lados sin pedir ningún permiso. La señoras no se quedan atrás, no por nada el viejo y conocido refrán: "mujer al volante, peligro constante" cobra caracter de ciertísimo cuando una mujer posee una camioneta. La mujer o el hombre, cual chamuco, poseen al pedazo de metal y les vale sorbete la vida; se sienten ultraprotegidos y van dando putazos sin darse cuenta a quién.
En segundo lugar, son estorbosísimas. ¿En dónde chingaos van a estacionar semejante mamut? Los carriles de las diferentes arterías se ven literalmente taponeadas por los cacharros estos. Si de por sí nos quejamos que un cochecito compacto con lugar para cuatro personas sólo trae a una sola (si no me creen, nada más chequen a todos los sujetillos que no les queda de otra más que dirigirse a sus lugares de trabajo por las mañanas en coche, y cada carro tendrá a lo más dos personas, y eso en casos contados), imagínense cuando vemos un tremendo pedazo de metal con capacidad hasta para 7 o 9 persona y sólo trae a una señora media histerizada porque no sabe qué carne comprar en el super, o a un señor con andropausia buscando lugar para dejar la pinche camioneta.
Todo es culpa de las personas que creen que traer camioneta es cuestión de estatus. Podrán decir que es para llevar a la familia, pero, en primer lugar, eso de la familia cada vez suena más a cliché que a realidad, ¿por qué? Imaginemos que una familia tiene el dinero para comprar una camioneta. Si lo tiene, seguramente preferirá comprar un par de compactos para mamá y papá o bien decidirán comprar coches para cada miembro de la familia. Si no lo tiene, pues nos olvidamos de la camioneta y nos avenimos a lo que bien tenga el señorito Marcelo a darnos. En segundo, cuando las personas salen a carretera no sacan la camioneta "porque gasta mucha gasolina" ¡Pa la madre! Por lo tanto, la razón de comprar camioneta para llevar a la familia no es una razón: la razón es el estatus.
La gente compra un escalón más en la morbosa escala social. ¿Si no es así, entonces porqué las camionetas están en la línea de lujo de todas las marcas? Pero la pregunta más importante ¿para qué les sirve tanto estatus? ¿Para qué quieren salir de lo común si a eso van a llegar tarde o temprano? No hay estatus antes de la muerte y hoy en día, gracias a la globalización, ni siquiera durante la muerte, eso ya es cosa del pasado (por algo decían que la gota era la enfermedad de los ricos). Hoy la muerte de los ricos sería morir de un infarto al corazón por ver que sus acciones van realmente muy bien en la bolsa.
Total y para no hacerlo más largo, me parece que es tiempo de decirles a todos esos changos que tienen camionetas no más para compensar algun espacio vacío dentro de su dañada autoestima: ¡no mamen! Uníos al Movimiento contra Camionetas.
¡He dicho!
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3 comentarios:
Yo me uno como que a medias.. me gustan las volvo!
Este.. cariño te he elegido para "el Juego"
Besos
pues a mi sí me gustan las camionetas !!!
Es más quiero unz X-trail roja con quemacocos!!! Ah! y me vale madres el status !!!
ah mi más bien me parece un post amargado y envidioso... y sólo tengo una semana con camioneta y ya me siento dueña de las calles, y que?
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