jueves, 5 de mayo de 2011

Sueña


7

Calumnina Perralucha Saffadette de la Tête, así se llama mi ex número "n". Algo en su nombre debió advertirme lo que me esperaba. ¿Pero hice caso? ¡No! Y entonces el calvario comenzó. Primero a platicar de más. Después a inventar conversaciones. Inventar amoríos. Suplantar identidades. Aturdirme con insensateces. En una ocasión fue capaz de inventar que había sido secuestrada para que yo le hiciera caso... ¡y eso era lo que más hacia! Me desvivía por ella y eso alimentaba su codicia por mi tiempo.

El colmo llegó cuando me abofeteó y lanzó a mi cara una prueba de embarazo. "¿Ves? ¿Ves cómo sí estoy embarazada?". La ira se convirtió en sorna. Yo recordaba todos los momentos íntimos con ella y jamás, ¡jamás! hubo cópula. No era muy listo entonces (¿lo soy ahora?) pero algo me decía que entre ella y yo tenía pasar algo más que sólo un par de caricias los viernes. La sorna se convirtió en ira. Miré la prueba de embarazo y se la aventé a la cara. "Aquí dice que no estás embarazada, pero que vas a tener un niño, alguien debe estar equivocado". Entonces yo me dí la media vuelta y me fui con el sol, al morir la tarde.

La escena me vino a los ojos mientras luchaba con el pasmo aquella mañana cuando su taladro de voz me arrancó del dulce sueño con Beyoncé.

"¿Calumnina? ¿Calumnina Soberbia? ¿Eres tú?"
"¿A quién más esperabas, chiquito?"
"Pues francamente no a ti. De hecho esperaba la llamada del despertador", era verdad, ese día estaba de viaje y tenía que dar una conferencia sobre robótica cuántica y ciencia ficción en la universidad en un par de horas.
"Siempre tan chistoso, ¿no?"
"Pues no, no es chiste en verdad estoy esperando al desp..."
"Sólo vengo a decirte que yo y tu hija queremos verte."
"¿Hija? ¿De qué me hablas, Calumnina?"
"De la hija que tú y yo tuvimos." Si algo me había enseñado ver telenovelas con mi madre era preguntar la edad de la hija, nunca falla.
"¿Ah si? ¿Y qué edad tiene mi hija?" Primer error, nunca aceptes algo por ser sarcástico.
"Eso no importa. Es tuya y de nadie más". ¡Diablos! Nadie nunca me había preparado para una respuesta así. Inmediatamente sonó en mi cabeza la melodía LE SANGUINOSE GIORNATE DI MARZO, OSSIA LA RIVOLUZIONE DI MILANO para órgano de DAVIDE MARIA DA BERGAMO.
El órgano, profundo y misterioso, socarrón y melancólico, tenebroso y loco, terminó por desplomarme. No quería ser como esos tipos tontos que aparecen en las telenovelas, así que preferí recordar algún capítulo de la ley y el orden.
"Quiero a mi abogado", no pude decir algo mejor, bueno, pensé en decir "yo no violé a la mujer" pero estoy seguro que eso hubiera actuado en mi contra.
"¿Y para qué quieres a tu abogado?"
"No responderé nada hasta que esté mi abogado." Bien, parecía que la tenía controlada.
"Es tú hija. De eso no cabe duda."
"¿Cuántos años tiene?"
"Ya te dije que eso no importa".
"Sí importa", comencé a envalentonarme. La misma melodía me lo permitió.
"Tiene cinco".
"¡Ajá!" Quise decirle que se equivocaba. Que ella y yo habíamos terminado hacía... cinco años. Al final sí podía ser mía la pequeña.
"Te veré en dos horas". Calumnina no sabía en dónde vivía. No podía verme en dos horas, "te veré en la universidad, después de tu conferencia", Ok, quizás sí sabía y tenía un malévolo plan.
"Está bien, pero trae a la niña... quiero conocerla". Segundo error, la curiosidad mató al gato (¿Escuchaste Topo-Gigo?).
"Ya veremos". Colgó.

¿Ya veremos? ¿Ya veremos? ¡Qué le pasa a esta mujer? Entonces recordé su apellido: Saffadette de la Tête. ¿Cómo fue que nunca reparé en su apellido? ¡Y su segundo nombre! ¡Perralucha! De verdad estuve obnubilado o sólo dormía. Una tenue mezcla entre vértigo y curiosidad se apoderó de mí. Pensé en la pequeña (¿a caso la prueba de embarazo no anunciaba a un niño y que no estaba embarazada?). Sonreí. Pensé en Calumnina y me imaginé a la pequeña con su detestable cara. Me derrumbe. "Sueña, sueña, sueña". Cerré los ojos pero no funcionó. Sólo miré que ahí estaba Topo-gigo, con su ronroneo típico y su mirada de amo, "no te preocupes, en perfecta armonía para todos; todo avanza y nada se detiene", me dijo y abrí los ojos.

Foto: Crazy Baby

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