jueves, 15 de marzo de 2007

¡Eke!

El día de hoy estoy viendo justamente en este instante a lo que podría llamar mi conciencia. Es un hamster y se llama Eke. No sé si es exactamente mi conciencia, pero por lo menos se parece demasiado a mí, o por lo menos sería yo si fuera hamster. Pero permítanme contarles cómo es que este diablo peludo y pequeño llegó hasta mis garras.

Hoy tuvimos clase del Dr. Morán. El señor es un filósofo de gran experiencia, ¡y cómo no!, si lleva más de tres cuartos de siglo (jejeje, no sé si esté tan veterano) filosofando y estudiando al señor Aristóteles. Tiene un gran conocimiento en la materia que imparte, que por este semestre es Historia de las Religiones, y la forma en que da la clase es muy entretenida, porque de pronto está hablando así, medio bajito, ¡Y DE PRONTO LEVANTA LA VOZ Y EMPIEZA A APASIONARSE Y A DECIR Y A DAR EJEMPLOS Y A ARTICULAR CONJETURAS Y A LLAMAR RANAS A LAS RANAS Y SAPOS A LOS SAPOS PORQUE MUCHAS VECES LAS PERSONAS, COMUNICÓLOGOS, CONFUNDEN LAS COSAS Y POR LLAMAR UNA COSA LLAMAN OTRA! y de pronto vuelve a bajar la voz hasta que queda callado, mirando los rostros de sus pupilos que lo ven con ojos dramáticos, con la lágrima desbordando los párpados, el gesto en suspenso y el pensamiento... el pensamiento quién sabe en dónde diablos estará, porque me mandan cada tarea que da pena pensar que algún día van a escribirle una carta al pobrecito de Santa Claus.

Saliendo de la dichosa clase dirigí mis pasos hacia las siempre verdes tierras goyinas, en donde por lo pronto he concentrado mi cuartel general. Ahí me aposenté en las banquitas blancas, que son parte de mi oficina, digamos que son la sala de estar para ser más precisos. Tomaba un café pequeño, para ser más precisos es algo que los de Nescafé se dignan a decir que es Vainilla Latte, pero pa' saber, y leía un libro sobre Charles Chaplin, ustedes saben, para ampliar un poco más mis conocimientos y todo lo que tengo que saber para defender la tesis.

Ahí estaba yo, sentado, sintiendo la brisa marina de Revolución, y embruteciéndome con una orquesta fermosísima -diría el cid campeador, o en su defecto el "tata", un discípulo de octavo semestre que asegura poseer dentro de sus venas la sangre del milenario caballero, aunque si es verdad su decir, seguramente ha de estar bien mezcladita- de cláxones barítonos y sopranos que pitaban en algún lugar de la ciudad más esperanzada del mundo. Total, que ahí estaba cuando una horda de gaznápiros pseudopubertos y cuasiuniversitarios comenzaron a jalonearse y a empujarse rodando por los verdes pastos de mi oficina, y así estuvieron con su escandalera que junto a la escandalera de Revolución no había a cuál irle. Por suerte el libro de Chaplin era lo suficientemente distractor como para no envolverme en ninguno de los dos espectáculos.

Pasaron algunos momentos cuando finalmente, como por arte de magia, llegaron unos duendecillos y se llevaron tanto a la banda de cláxones como a la banda de cirqueros que hicieron del jardincito su triple pista. Y ahí estuve, sin más personas que yo y mi libro. En eso estaba cuando a lo lejos alcancé a ver que venía hacia mí una pequeña hada, con sus bucles cayéndole en los hombros y unas gafitas chistocitas. Se hacía cada vez más y más clara su imagen hasta que llegó frente a mí. Se subió a la palma de mi mano y me dijo: "Eke, eke, eke" y entonces se transformó en una cosilla peludilla, blanca, e hiperactiva. Así fue como llegó a mí el simpático Eke.

La historia oficial y la que ustedes encontrarán en los libros de la SEP es que Carolina llegó de tierras del más allá, atravezando legiones de automóviles, surcando infinidad de caminos infranqueables a bordo de su siempre fiel córcel metrosexual Andi, y finalmente me dijo que se había ido de compras y ¡tarán! que saca una cajita en donde estaba un minúsculo hamster. Al abrir la caja no pude más que enternecerme ante la equívoca imagen de tan particular animalito. "¡Eke será su nombre!". Y de este modo y después de dejarle un cubito de nutrialimento con su respectiva jarra de agua de tamarindo, nos dirijimos, varón y hembra, hacia el extraño mundo del cuidador y experto de los animales: +cota.

Al llegar nos pusimos a ver qué tipo de casa le acomodaba mejor a Eke. Vimos una como loncherita con sus rueditas y su formita de camioncito. Pero estaba bien pinche cara. Vimos una pelota de esas en donde se mete el ratoncito este y empieza a caminar por todos lados. Algún día compraré una para Eke y otra para mí, porque ha de ser bien divertido andar empujando una pinche pelotota. Después estuvimos buscando rueditas, pero la verdad estaban demasiado cara para lo que son. Total que terminamos comprando un "kit-roedor", que incluía ni más ni menos que una cajota de plástico que funge como su habitat, un saco de nutricuadritos, un saco con palanquetas de semillas, un saco con semillas a lo bruto, la dichosa ruedita y por último un biberoncito a modo de dispensador de agua. Claro que el pinche biberoncito sirve para pura madre, pero no hay pedernal.

Una vez llegando a Goya, instalé a Eke en su nueva vivienda digna, al más puro estilo del pasado sexenio. Ahora, Eke tiene una vivienda, tiene agua, luz y música histérica que le acondicioné, porque puse una de las bocinas justo encima del techo de su nueva casa. El diablillo Eke comenzó por husmear su nueva casa, y el muy cabrón se quería escapar. Puse un poco de periódico a manera de piso (todavía no hay lana para darle tanto lujo, aunque estoy pensando en ponerle parquet) y una caja de kleenexes es su cuarto-cocina-bebedero. El resto del lugar es su baño, y el muy sinvergüenza defeca cada media hora. Se la pasó las últimas dos horas tratando de escaparse y se subía a la caja de kleenexes y trataba de colgarse del techo (lo consiguió en dos ocasiones) y por supuesto se acomodó unas tres docenas de buenos ranazos. Finalmente le puse una canción de Israel Kamakawuic, la de Somewhere over the rainbow, y tal parece que se le bajaron los nervios. De hecho se echó una jetita. Y después descubrió el papel y ahora lo está mordisqueando sin cesar. Eso sí, nada de tragárselo, no más hace girones con los pedazos de papel y ahí los amontona. Estoy pensando en comprar otros 21 hamsters para armar un torneo interliga, pero eso sólo el tiempo lo dirá.

Por lo pronto me estoy divirtiendo pensando en que Eke es como yo, que está atrapado en una jaula que le da la ilusión de tener las puertas abiertas, pero cuando trata de franquearla se da cuenta de que son plásticos que no lo dejan escapar. Aunque por como está de terco y malencarado, no me extrañaría encontrar un día una puerta en donde había una pared de plástico, con una nota escrita en hamster deseandome buena vida y dándome las gracias por enseñarle que debe ser terco para construir una puerta que no existía.

7 comentarios:

Edgar Rodriguez dijo...

Espero que este simpático roedor(Eke, cabe aclarar para evitar confusiones) encuentre pronto la salida, porque eso de vivir en cautiverio si esta medio de la chingada. En cuanto a vos, espero en realidad puedas salir de tu jaula-oficina, aunque probablemente sólo será para encontrarte en una descomunal y malhecha jaula-ciudad y después con otra jaula-mundo, jaula-sistema, jaula-vida... en fin esto nunca termina, somos presos constantes incluso de nuestros pensamientos. Pero no debemos desanimarnos, la esperanza es lo último en morir y se por experiencia que le gusta agonizar lento, muy lento.
Por lo demás, pienso que escribes bien, me gusta, salvo algunas referencia que descontextualizadas llegan a volver confusa la lectura.
En fin, aquí estamos, en esta inmensa red perdidos.

Unknown dijo...

Pues miquerido primo, como dice el señor Edgar Rodriguez,escribes bien, pero te falta un poco en cuanto al diseño de este blog, que ayudarían a darle mayor fuerza a tus relatos...
o por lo menos sería mas facil de leer

EM dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EM dijo...

Pas juste

No es justo por 2 razones:

me vi en un hada, y ¡chan! no era yo esa hadita preciosa que gritaba Eke, Eke!
Sorry, tengo un ligero complejo de ombligo jajja
¡Ah! y el nombre de mi metrosexual auto, es Andy, con Y no con i

Anónimo dijo...

Ahahahaha

Hola JP! =3 poz soy Panilla, primera vez que vengo y primer tema que leo, no te pases! morí con lo de Moran!! xD

*--* yo quiero conocer a Eke, un día iré a visitarlo, si es que aún no escapa (=> un saludo! =D

patzarella dijo...

queridísimo Leash !!!
cuaándo piensaspublicaralgo más ???
anda!!!, que esperamostusescritos !!!
ánimo !!!!
el mundo de la blogósfera estodo un mundo por descubrir..., cuando te vea te cuento dos que tres cosillas que me han pasado por aqui....
bye bye

Pamela Gutiérrez dijo...

"Despite all my rage I am still just a rat in a cage..."