jueves, 24 de marzo de 2011
El lechero
Estaban tres niños discutiendo quién tenía al mejor papá del mundo. Dice el primero:
-Mi papá es policía.
-Pues el mío es bombero y moja al tuyo.
-Ah sí, pues el mío -dice el tercero- es lechero y ustedes son mis hermanos.
Foto: dar click aquí!
domingo, 6 de marzo de 2011
Denunciar no implica inculpar o de cómo mellan a la pobrecita liberad de expresión
Hace un par de semanas sale a la luz el documental Presunto Culpable. Muchos lo alaban porque "muestra la realidad", porque "denuncia", porque así, señalando y "desenmascarando" creen que se dará el cambio. Mucho se asombran de lo que se descubre al abrir la cloaca, aunque me sorprende que esperaran otra cosa diferente a estiércol. Realmente quisiera saber si antes de este documental había alguien que pensara que el sistema judicial mexicano era, si no un modelo de excelencia, por lo menos un sistema pasable. El documental te dice "mira, así es la mierda" y nosotros decimos "qué asqueroso, hay que limpiarlo", pero desafortunadamente, de ahí no pasa.
El día de hoy, la UNAM da a conocer que próximamente estrenará otro documental en donde se muestra el caso de un par de mujeres a quienes "el sistema de justicia también castiga 'sin pruebas y sin testigos'". En febrero, Aristegui "denuncia" que fue víctima de "Los Pinos" o del gobierno mexicano, quienes intentaban acallarla. El año inició con acusaciones por parte de Wikileaks cuyo fundador (y casi mártir de los "librepensadores") "sufrió" del intento de censura por parte de los poderosos. Al parecer se ha puesto de moda denunciar al poderoso y eso no es lo preocupante; antes, al contrario, es bueno que la gente se dé cuenta y se anime a señalar los errores. Lo preocupante es que el sistema para saber si alguien es culpable o inocente se arregle desde los medios de comunicación.
Me explico. Si tenemos un estado de derecho es para apoyarnos en él y no en los medios de comunicación para juzgar y culpar. Por ejemplo, es común en México (y supongo que en el resto del mundo) que los líderes de opinión hablen y dictaminen lo que para ellos es lo justo y lo hacen como dictando sentencia: si el gobierno federal hace "x" está mal, por lo tanto, está mal y aquel que piense lo contrario a lo que el líder piensa, pues también está mal. Muchos comunicadores, muchos presentadores de noticias y comentaristas, muchos directores de documentales se compran barato el título de jueces y dejan que el público sea el jurado para, con su venia, dictar sentencia. Con juzgados así de eficientes, ¿para qué quejarnos del sistema judicial?
¿Es correcto que Wikileaks difunda información confidencial de diplomáticos para denunciar la corrupción? ¿Es correcto pedir explicaciones a alguien sin tener pruebas de que haya cometido delito alguno? ¿Es correcto ventilar lo que hacen en el poder judicial mexicano para que el público se convierta en juez, jurado y si se puede hasta en verdugos? Creo que denunciar no es lo malo. Lo malo es que no se presentan las pruebas necesarias ante las autoridades correspondientes para que sea el sistema en el que nos sustentamos el que culpe o exculpe.
Estoy de acuerdo, si el sistema es el podrido y le llevas el caso, será omitido olímpicamente. Incluso estoy de acuerdo con que se presenten las pruebas a la gente, quien al final es la que vota y decidirá si las autoridades actuales se mantienen o no. Pero lo que me parece importante es que los casos de wikileaks, por ejemplo sean sometidos a una corte internacional para tratar de dirimir los problemas; que Aristegui vaya y, con pruebas, busque saber si el señor presidente Calderón es o no alcohólico frente a instancias competentes; que los documentales se presenten a los legisladores, utilizando a la opinión pública como palanca, para exigir que se de una limpia al sistema judicial. De lo contrario, si sólo se presenta al público (aunquelos jueces y los legisladores se enteren "de pasadita" sobre las noticias o los documentales o las denuncias) el esfuerzo no queda más que en chismes de vecindad.
En conclusión, qué bueno que se puede denunciar. En México, por más que las personas se desgarren las vestiduras cada vez que "hay casos en contra de libertad de expresión", no podemos quejarnos de que ésta no exista. Lo que tenemos que aprender es utilizar esta libertad de expresión no para acusar o inculpar a otros, sino para salir adelante valiéndonos de las instituciones que existen, sirviéndonos de ella como palancas para regresar las cosas a su cauce y que sea el Estado de Derecho el que hable. De lo contrario, si sólo se "gritan" los hechos o si sólo "denunciamos" podemos alejarnos más de ese Estado y, con en vez de enriquecer a la libertad de expresión la envilecemos.
IMAGEN: Judge Joker
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