miércoles, 29 de junio de 2011

Haníbal


I

Alguna vez escuchó, cuando los pasaron al otro lado, que de la muerte y de los impuestos no podías escapar. En aquella ocasión, el pollero soltó una carcajada y después corrigió "bueno, en México sí que puedes escaparte de los impuestos" y volvió a reír mientras cerraba por última vez el sarcófago en donde transportaba a por lo menos trescientos centroamericanos.

Esa frase se le quedó grabada a Haníbal por siempre.

II

Pasaron algunas semanas después de cruzar el terrible desierto. Ahí, solo, en la inmensidad de unas fauces voraces y calientes miró por primera vez a la muerte de lejos. Venía por su hijo. Cinco años y ya era reclamado por la sed y el cansancio. Recordó la frase del pollero: "En México sí que puedes escaparte de los impuestos". Una idea se agolpó en su cabeza como sangre.

Decidió emprender el regreso a México con su hijo a cuestas, una corazonada le decía que lo lograría.

III

La sonrisa atronadora se vino a las sienes de Haníbal e inflamó todos sus vasos y el eco repetía "En México sí que puedes escaparte de los impuestos sí que puedes escaparte de los impuestos de la muerte nunca puedes escaparte en México sí que puedes escaparte de la muerte de los impuestos nunca puedes escaparte en México".

Estaba a un kilómetro de México, a unos metros de salvar la vida de su hijo.

IV

Volvió a ver a la muerte (seguro que no era un agente). Esta vez le cerraba el paso con una mano fuerte y robusta. "Sabes que no puedes pasar ". "Sólo quiero que mi hijo viva un poco más; sabes que no es mucho pedir". La muerte sonrió (seguro que no era un policía). "Todos quieren estar de este lado para salvar a sus hijos... tú quieres regresar. En fin, eso te hace feliz y me hace feliz. Vete".

Haníbal con sus últimas fuerzas arrastró a su hijo que jadeaba y echaba espuma por la boca.

V

Cruzaron a México. El niño miró a su padre y sonrió. ¡Qué felicidad! Habían logrado burlar a la muerte. En México podía burlar a los impuestos y a la muerte y nadie lo sabía. Los dos se abrazaron. "Sólo un poco más, me pediste". Entonces Haníbal miró a la muerte. "Vengo a cobrarte los impuestos de la vida".

A lo lejos se miraban dos bultos cubiertos por años de arena y nadie supo porqué miraban al sur y no al norte como todos los demás.

Foto tomada de este link: Desierto de Sonora

martes, 7 de junio de 2011

Los dioses se han vuelto locos


"¡Ya no entiendo nada!", me dijo don Beno al tiempo que lanzaba el periódico Reforma al piso, junto a El Universal. "En México, continuó, los dioses se han vuelto locos".

"¿Pero de qué habla usted, don Beno?", repuse al intentar levantar los periódicos, acción que él impidió con una patada tan agil que me hizo pensar que no acababa de cumplir 205 años.

"Los dioses hoy se hacen llamar columnistas", comenzó a explicarme con una paciencia que difícilmente podía controlar, a decir por las venas que brotaban de su frente. "Los dioses hoy piensan que su libertad de expresarse es suficiente para que todos piensen como ellos". Tomó un poco de su chocolate y me miró a los ojos, "Hank Rhon fue detenido y lo primero que todos escriben es que la forma en que lo detuvieron está mal; hace unos años, se inició el ataque frontal contra el narcotráfico y todos los dioses concordaron en que fue una estupidez y hoy todos se ufanan en que la guerra está perdida y que hay que legalizar la droga; hoy, los dioses están de acuerdo con que matar bebés, mientras no los escuchemos llorar, está bien; hoy, los dioses piensan y escupen sus estupideces a más estúpidos que las creen y las repiten; hoy, los dioses creen que proteger tu 'derecho' a hacer lo que se te dé la gana es proteger al ser humano..." se detuvo para respirar, quería matar evidentemente a alguien y yo no quería ser la víctima, sin embargo, mi adoctrinamiento habló:

"Perdóneme, don Beno, pero creo que efectivamente las formas importan mucho y detener a Hank Rhon como lo hicieron sólo habla de un Estado totalitario. Controlar al ser humano habla de un Estado totalitario; el ser humano tiene derecho a drogarse mientras no afectes a terceros; las mujeres tienen derecho a una vida y no tener que cargar con un hijo que sólo interrumpe su desarrollo profesiona; el Estado no debe intervenir en la libertad del ser humano, de lo contrario se convierte en un Estado totalitario y...".

"Jajajajajaja... realmente te han infectado con su estupidez. No tienen la menor idea de lo que es un Estado Totalitario. Se creen defensores de la libertad y no sabe qué eso. Todos creen que pueden hacer lo que se les dé la gana, eso sí, mientras no afecten a los demás. Déjame decirte que todos estamos interconectados... ¿cómo te lo explico?... ya sé. Tú viste el Rey León. Mufasa le dice a Simba que todos estamos conectados, unos comen antílopes pero al morir, se alimenta el pasto que comen precisamente los antílopes. Las acciones que tú hagas, aunque pienses que no afectarán a nadie, sí que lo afectan, directa o indirectamente. La ilusión es que mientras no lo veas, no te sientes mal. Si fueras tú solo en el mundo, anda, haz lo que se te dé la gana. Pero no es así. La libertad real sólo está en el pensamiento. Todos tenemos derecho a pensar lo que se nos dé la gana. La ilusión de la libertad está en la acción, todos queremos hacer lo que se nos da la gana, pero lo que tenemos que hacer es aquello que haga bien a los demás, a las personas, a los animales, a las plantas, al entorno, a la vida... pero eso no lo entiendes, creo que estás muy adoctrinado aún".

Don Beno me dejó pensando, pero la verdad creo que su cerebro viejo ya no funciona tanto. Prefiero leer cosas a los librepensadores (los indigandos) para sentir que soy inteligente y que soy crítico y que cuestiono al gobierno y que no pienso lo que otros piensan. Prefiero estar de acuerdo con los librepensadores (los indigandos) quienes son inteligentes y que son críticos y que cuestionan al gobierno y que no piensa lo que otros piensan. Me gusta pensar como los librepensadores (los indigandos), personas que son inteligentes y que son críticas y que cuestionan al gobierno y que no pienesan en lo que otros piensan. Aunque, si ellos mueren, no sé que va a pasar conmigo...

Foto: el viejo don beno (tomada de este blog)